lunes, 14 de diciembre de 2015

EL VIEJO "EOLO". Hernán Estévez Radío.

 
 Vapor "Eolo" antes S/S "Tynemouth" y desguazado en 1966.


Llegué con veinte años recién cumplidos a la Motonave "Eolo" de la Naviera Bilbaína. Mi carácter disparatado atraía al parecer a la mayoritariamente joven tripulación. Enseguida me hice amigo, por edad e inquietudes de Hernán, un joven Agregado (Alumno de Puente), que después se hizo físico y enseñó en la UNED, y en la Escuela Náutico-pesquera de Vigo la asignatura de Electricidad. En Vigo le llamaban el Karateka, porque practicaba esa disciplina.
En la Cámara de Oficiales, cuando el Capitán Usatorre (69 años) y el Jefe de Máquinas (unos 55) supieron que el Agregado y yo nos hicimos amigos, empezaron a cachondearse de él, diciéndole que los telegrafistas del Eolo son amistades peligrosas para los agregados. Esta es la historia:
El vapor "Tynemouth", recién matriculado en Gibraltar y fletado por la República fue capturado en 1937 por el "Almirante Cervera", vendido a la Naviera Añón, rebautizado "Eolo" y posteriormente a la Naviera Bilbaína.
Los telegrafistas de los barcos antes de 1977 éramos contratados por dos empresas participadas por el Estado: HISPANO RADIO-MARÍTIMA y Compañía Radio-marítima Española (CRAME). El telegrafista del "Eolo" en Abril de 1948 Eduardo Muñiz, 39 años, casado con dos hijos, era de Hispano. Hispano, empresa propietaria de los equipos que manejábamos, nos pagaba el sueldo base, la naviera que los alquilaba y a quien prestábamos nuestros servicios el plus de navegación y los "trópicos". Hasta los ochenta el contrabando era una fuente de ingresos complementaria, que no estaba mal vista, tabaco, whisky, televisores y radiocasettes eran artículos que se importaban sin pasar por la aduana, aunque si la cantidad era importante se le daban a los carabineros del portalón unos cuantos cartones, alguna botella o en ocasiones dinero directamente.
En este complemento de sueldo eran socios Eduardo Muñiz el telegrafista formado en la Escuela de Telecomunicaciones de Madrid y residente en Barcelona y el Agregado Carlos Aransay, de 25 años, soltero. 
Al parecer, la noche el 25 de abril de 1948, estando atracados en el puerto de Coruña, discutieron por la liquidación del negocio, pues el telegrafista debía ser relevado al día siguiente por vacaciones. Mató a Aransay  de dos martillazos en la cabeza, embaló su cuerpo y le añadió peso tirándolo al agua. La sangre de su camarote la justificó por una úlcera duodenal que le producía vómitos, desembarcó por vacaciones y se fue a su casa, pero al llegar a Barcelona fue detenido, la hélice de un barco saliendo había reflotado el cadáver, conducido al penal de Caranza, donde confesó el crimen, fue juzgado por el Tribunal Marítimo de Ferrol, condenado a muerte y ejecutado. No he tenido acceso a la sentencia ni a la fecha de ejecución.
Contaban los antiguos de la compañía que la viuda del Telegrafista sobrevivió al menos un tiempo contando su desgracia por los barcos, los tripulantes se apiadaban de ella y todos le daban algo.
Mi único contrabando fue de vender Ricard en Argelia y estoy seguro de que Hernán nunca vendió nada, por eso no fuimos socios. Las sospechas de nuestros mandos hacia el martillo de la telegrafía eran infundadas.

martes, 8 de diciembre de 2015

EL DEBATE.





Esta gente me asusta. Sus argumentos repetitivos son como cuando estamos con copas y repetimos la misma frase creyendo que despertamos a nuestro interlocutor, son como la cantinela de los ejes de carro de vacas de mi infancia. Suenan a desprecio del medio, a falta de cuidado, a gasto innecesario de energía.
"Para que los españoles nos entiendan, es como si..." Entonces el debatiente gilipollas saca una comparación simplista, porque los españoles tenemos el intelecto atrofiado, falto de riego y cultivo.
Los mismos que vaciaron las arcas de las pensiones para salvar bancos administrados por colegas, los que condenan a cientos de miles de jóvenes al exilio o la miseria, los que han desterrado a lo mas brillante de nuestra juventud, nos dicen a través de la hija de uno que los nos expulsó a la generación de sus padres que han salvado al país de la miseria y que han salvado las pensiones. 
Muchos de los que hemos cotizado más de cuarenta años, que hemos visto como nuestras cotizaciones de  emigrantes servían a la dictadura, a través de los recursos burocráticos que se inventó para seguir alimentándose de nuestras remesas (Allotments) manteniendo nuestras cotizaciones, estamos encantados de que la Vicepresidenta asegure que va a seguir pagando las pensiones si se les vota.
Si fuésemos un pueblo digno ninguno de los inútiles de la jerarquía vieja y nueva estarían en el tablao.  Tal vez deberíamos dar la opción a los que aún no han participado en el desastre, aunque en mi caso, conociendo a algunos de los "nuevos", sin esperanza.