Hoy es pongo el relato de la primera parte del naufragio del portacontenedores "Delfín del Mediterraneo"
en el "facebook" de su Capitán. D. Severino Carbajales López.
Hace años se publicó en este Blog un relato de mis impresiones de aquellos días. Hoy os pongo las de un testigo directo.
Cargamos
el barco "Delfín del Mediterraneo" en el puerto de Bilbao y se completó
la carga en Gijón el día 30 de Enero de 1998. Este barco arrufaba un
pié, a tener en cuenta y aplicadas las correcciones para respetar la
linea de carga y diferencia entre el calado medio y en el medio. El
barco salió en la madrugada del 31 de Enero a máxima carga para la época
del año y zona. El tiempo atmósferico era excelente y del radiofascimil
se obtuvo la situación atmosferica para el Atlantico Norte.Había una
única borrasca situada en Groenlandia y la previsión era que se moviera
SE hacia Azores en las próximas 24 horas. El día 01 de Febrero de 1998,
esta depresion Atlantica se comenzó a mover y, efectivamente se fué a
Las Azores. Durante todo este día permaneció estacionaria. Pasamos
Finisterre y la costa de Portugal con un tiempo de mar aceitosa. Dejé mi
guardia pasado San Vicente con viento muy flojito del SE y mar llana.
El día 2 de Febrero de 1998 a
las 08.00 había viento del SE de
fuerza 6 y marejada. El parte meteorologico avisaba que la depresión de
Azores se movería muy lentamente E con un radio de acción de 650
millas. El primer oficial me dijo había agua en el espacio de carga
Nº2. Se mandó achicar. Ambos inspeccionamos la bodega. A las 12 había
2.44 metros exactos de agua. A las 14 horas el agua no aumentaba, pero no
bajaba, y el tiempo atmosferico era ya de temporal fuerza 8 del SE.
Esto, no era en principio preocupante para la seguridad del barco en
situacion de capa.Fué cuando tomé la decisión de poner el barco popa a
la mar con el objetivo de inspeccionar los espacios abiertos de proa,a
los que no tenía acceso. El tambucho para el pañol. Otro en babor para
bajar al espacio 2 de carga y dos manguerotes de ventilación. No pude
llevarlo a cabo porque se pararon las máquinas por sobrevelocidad de la
hélice. El barco se quedó atravesado y fué cuando tres contenedores se
fueron al agua. Estimo en menos de cinco minutos esta contingencia.P ero
para mí este dato fué definitivo. El barco aproaba demasiado y no se
correspondía al trimado por el agua que había en el espacio de carga
dos, por lo que sabía que el agua se estaba trasladando a otros espacios
estancos de más a proa. Dije al primer oficial comunicara con Finisterre
y estuviesen a nuestra atención debido a una situacion delicada y
posible de hundimiento.Fué cuando yo personalmente tomé el timón. El
barco gobernaba a mi satisfacion tanto recibiendo la mar por una u otra
amura. A las 16.30 la proa perdió gran parte de la flotabilidad, tomó la
ola, pero ya no volvió a la posición original. Di la señal de abandono,
se pusieran todos los trajes de supervivencia , me trajeran el mío, y
se reuniera toda la tripulacion en popa babor.Lancé el SOS solo en el
puente, mediante la radiotelefonía. Me salió alto y claro la costera de
Arrecife. Le dí la situación del Gps, el número de tripulantes y el
medio de salvamento de tres balsas. Le confirmé el abandono por una vía
de agua. Me deseó suerte y coordinaban el salvamento. Lancé la
radiobaliza al agua y me fuí al lugar de Abandono. Allí el primer
oficial tenía listo el bote de babor, pero lo descarté y le dije
activara las dos balsas de 16 personas. Eran las 16.50 cuando se comenzó
el abandono.Primero, fueron los 8 subalternos en una balsa y en otra
los 5 oficiales, más el último, yo. Estaba seguro no quedaba nadie en el
barco. A las 17.00 horas estabamos todos en las balsas.A las 17.20 se
hundió el barco por ojo, que desde mi balsa todos vimos.
El primer
oficial me comenta que tardé mucho en dar la orden de abandono. Yo, le
comenté que ni mucho, ni poco, más bien lo justo. Decido la
convecionalidad de sistema para el SOS en la radiotelefonía, por falta
de confianza en el sistema SMS y DSC, donde estaba más que comprobado,
las señales que se recibian, eran mayoritariamente, falsas.Por otra
parte, las costeras, ya sabían del problema.
En cuanto a la
tripulación, muy profesionales. Cada cual sabía perfectamente su
cometido y responsabilidad. Todos teniamos miedo, pero estaba contenido y
no hubo la mínima actitud de histeria por parte de nadie. Eso, facilitó
todo y les ayudó a salvar la vida. Mi mayor gratitud y respeto para toda aquella tripulación.
En el próximo episodio comentaré el salvamento en lo que en mi balsa, pasó.
Te he dejado un regalo, recógelo.
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Saludos.