En la entrada del RISOR II, he querido hacer un ejercicio de memoria. Es una historia completa que despertó en mi muchos sentimientos, algunos imborrables y otros inaceptables, si puede ser. Tuvo consecuencias bastante serias en mi vida. Fui añadiendo texto en largas noches de servicio, entre parte y parte. Perdí el contacto con May Bessant en 1990, y por los putos traslados, perdí su teléfono. En esa fecha debía rondar los setenta años, le pregunté en que ocupaba su tiempo, me respondió:
-Atiendo personas ancianas.
Pido disculpas por la batallita a aquellos que la mar os importe un comino (fino). O no, que a mi si me gusta la mar y sus historias.
Amigo Mera:
ResponderEliminarHe vuelto a releer despacio y detenidamente la entrada anterior. Además me he dado de bruces con ésta. La anterior, aunque pueda parecer larga, me tuvo atrapado el interés hasta el punto y final. Quiero que lo sepas, por si te quedó la idea de que podría ser un texto pesado. En absoluto lo es.
Por cierto: una pérdida lamentable el teléfono de May Bessant. La anécdota de cuidar ancianos merece adjudicarse a la retranca gallega más que a una inglesa.
Un saludo, capitán.
Codorníu.
En un traslado he perdido a unos grandes amigos. Pude hacer algo y en aquel momento no lo hice, luego fue tarde y hoy.... ¡¡Agggggggggggggg!! ¡Que pena!
ResponderEliminarUnha aperta
Te conocí hace muchos años. Navegando por este mar que es internet -no ese que tú tanto amas- me encontré, de casualidad, con estas reflexiones tuyas y en las que me he rozado con algunos de los sitios de tus aventuras. Lo primero que hago cuando enciendo el ordenata, es visitar el blog de mi hijo para ver que fotos ha publicado ese día, y a continuación el tuyo para ver si hay suerte y tenemos otra nueva aventura con la que deleitarnos. No pares, sigue así, que con que una docena de soñadores disfruremos de tus andanzas ya ha merecido la pena el esfuerzo que haces. Saludos.
ResponderEliminarConsidérame fan. Me gustan las historias largas, como los tragos, y las del mar, para un tipo de secano como yo, aún más. Esa mezcla de aventurero, marino y algo canalla hacen una mezla que me encanta.
ResponderEliminarUn gran abrazo.
Sobran las explicaciones. Esta es tu casa y en ella tú escribes lo que quieres. Los que entramos aquí lo hacemos porque nos gusta el mar, o los barcos, o los faros o simplemente, nos gustas tú.
ResponderEliminarBesos
Me fascinan la mar y sus historias...
ResponderEliminarpara muestra mi post de hoy.
Caro amigo, suas histórias são espectaculares...
ResponderEliminarUm abraço
Codorniu.- Algo de gallega tenía, le hacía trampas al Monopoly a mi hijo de nueve años, que aún no entendía mucho el juego en inglés. Como él tambien lo es, enseguida la pilló.
ResponderEliminarMuxica.- en los traslados pierdes las direcciones, los amigos siempre siguen.
Anónimo.- Queda feo dejar a la gente a medias, dame alguna pista.
Instigador.- El amor es mutuo.
Margarita.- Después de ese comentario me crece el ego. A tí si que no se te puede leer. Muchas gracias.
Alberto.- Gracias por tu saluda.
Chana.- Nâo tanto como as súas fotos. Um abraço.
A mí me importan todas las historias bien narradas.
ResponderEliminar:)
No era mi intención hacer un feo, pero el protagonista de este blog eres tú. Escribeme a mi correo y seguimos hablando en privado. Saludos.
ResponderEliminarjosegallego@ono.com
Gilda Manso.- A mi las tuyas me parecen magistrales, tu capacidad da envidia, malsana, naturalmente.
ResponderEliminarAnónimo.- ya lo hice, y este blog tiene un correo de contacto en el perfil, los contesto todos.
Un abrazo.
Hola Mera,
ResponderEliminarpues yo tambien me uno a la gente que les gusta el mar, o la mar, o como se llame.
Nací y me crié en zona costera, pero del Sur, en Huelva, y al cambiar de ciudad, me cambié a otra zona costera, a Málaga, y creo que sería incapaz d vivir en un sitio sabiendo que el agua no está cerca para poder escaparme y pasear un ratito por la orilla.
Un saludo y gracias por tu visita
romudea.- Ha sido un placer leerte, emfermeras con tronio hacen falta en esta crisis.
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