Creíamos que todo iba a mejorar con la muerte del dictador. Yo la había celebrado con un negro apátrida y dos holandeses en el Puerto de Alejandría bebiendo cava que tenía oculto y reservado para la ocasión, mientras miles de rusos abandonaban Egipto.
Estaba tan contento que tuvimos un hijo y compramos un piso con crédito al 20 % de interés. El piso nuevo estaba sobre la esquina de una playa en Vilanova de Arousa, que tenía una rampa al mar, de una vieja fábrica. El contrabando de tabaco era tan intenso que la pareja de correrías de la Guardia Civil jugaba a las cartas en un mesón llamado "O cortixo", los viejos máuser apoyados en la pared, alumbrados por una vela. Sabíamos de las noches de descarga por los cortes de luz de tres o cuatro horas. El tabaco se llamaba "Winston de batea". Las bateas son mejilloneras flotantes. Algunos "bateiros"estaban afiliados a Alianza Popular. Decían que los primeros en dedicarse a la importación de tabaco eran unos empresarios del marisco, que traían las cajas a las bateas, las metían en los flotadores y las traían a tierra por la rampa de al lado de mi casa o en el muelle de Vilanova, cuando las circunstancias eran favorables, esa noche apagaban la luz del pueblo. Debo decir que a mi me parecía simpático. Sobre todo el que hacía los transportes a remo y en gamela, era el mudo del pueblo que solo decía: ma, maaaa. La cosa fue empeorando. Los nuevos "empresarios"después de ver que yo era un comunista y un canta-mañanas dejaron de invitarme a albariño, de proponerme que metiese trescientas mil pesetas en "mercancía" y empezaron a invitar a D. Manuel Fraga. El responsable de Alianza Popular tenía un cocedero de mariscos, yo le había hecho de intérprete en una ocasión con un cliente inglés y me decía que lo de comunista no tenía importancia, que en el Partido tenía futuro. Pero cuando le dije que no podía militar en un partido de un ministro de Franco, pasé a engrosar la categoría de Cantamañanas.
Los "Empresarios" Santorun, Oubiña, Charlín, El Peque y algún otro que no recuerdo organizaron una cena con mariscada para D. Manuel en el restaurante "Alúmina" en las Sinas. No llenaban y entonces invitaron a todo el que quiso ir. Amenizaba el poderoso grupo musical "Los Gauchos". El cantante me cantó que el portero de mi edificio que había sido tapicero de la Renfe en Madrid, estaba diciendo en su mesa:
-A este chico (por D. Manuel) lo conozco yo de Madrid.
El pescador sentado a su lado, dijo:
-Hostia, pois presentao, que aqui non o conoce ninguén.
Padín, pasado de albariño, se levantó, dio dos palmadas y un grito,
-¡Callarvos, todos! Tengo el honor y el gusto de presentaros a D. Manuel Fraga Iribarne, Presidente y secretario general del Partido Acción Popular. Y yo os digo más: ¡Vale más lo que este promete que lo que otros dan! Reverencia a la mesa presidencial y grandes aplausos del público.
A Padín no lo volvieron a invitar a ningún sarao, pero con estos antecedentes ¿ De que coño os escandalizáis políticos y periodistas?
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Con esos antecedentes ¿banalizamos?. Con las posteriores consecuencias en muertos por la droga ¿banalizamos también?. ¿Seguimos mirando hacia otro lado pues "todo el mundo lo sabe"?. Dónde estamos y hacia dónde queremos ir.
ResponderEliminarYo no banalizo nada. D. Manuel cenó con ellos varias veces y puedo probarlo, el que se droga lo hace voluntariamente, y la libertad de suicidio es un derecho. Soy partidario de que legalicen todas las drogas y que no se subvencione con ellas a nadie. Ya bastante desgracia tienen los que se drogan para que se les criminalice mediante la prohibición. Cuyas consecuencias pagamos todos.
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