lunes, 20 de diciembre de 2010

SOMOS CHINOS.


Mi Santa odia que escriba mítines. Dice, con razón, que soy más yo mismo cuando me pongo en relato épico. Pero es un tiempo de paradojas. Un tiempo en que los creyentes de la izquierda hemos sucumbido a golpes de traición e incompetencia. Ya estaba mosqueado cuando el Presidente del Gobierno hizo dádivas despilfarrando el dinero de todos al tiempo que perjudicaba a los más necesitados: Cheque bebé universal. Sueldos vitalicios y pensiones a políticos y altos cargos. Cuatrocientos euros a todos los que hacemos declaración, no dándolos a quienes no hacen declaración por no alcanzar el mínimo. Penalización a los empleados en precario, aumento de impuestos indirectos. Podría seguir con una lista que hiciese que mis tres lectores se ciscasen en el Presidente, su parentela y en la de todos sus asesores, como hago yo en mis ataques de desencanto. Pero creo que hay que moverse ya.

Soy contrario al uso de la huelga contra las situaciones de injusticia como la vigente. Soy partidario de la acción boicot: Producir más, hasta agotar suministros aumentando el "stock" (huelga a la japonesa), puenteo de contadores para no pagar el suministro eléctrico, que los funcionarios informen a los ciudadanos de forma que puedan sortear los expedientes sancionadores, recurriendo en los casos de manifiesta injusticia a defectos de forma o plazo que anulen los expedientes.
Avanzamos hacia una sociedad profundamente insolidaria e injusta: Administrados por triplicado. Muchos trabajadores en paro y los cuatro que se desloman para mantener a diez sufren la pérdida de sus derechos más fundamentales. Mientras, las instituciones tiran el dinero en obras faraónicas como centros culturales vacíos, universidades con un nivel ínfimo, eso si, una por pueblo, un aeropuerto internacional cada cincuenta kilómetros y megapuertos sin barcos pero con restaurantes construidos en el dominio público. Estaciones de tren convertidas en centros comerciales o casas rurales. Ayuntamientos humanizados sin transporte público ni lugar donde aparcar. Miles de sin techo mientras hay miles de casas vacías. Para que el sistema de pensiones funcione inventan el sistema de que los viejos trabajemos hasta morir. Mientras, los contratos de jóvenes cercanos a los cuarenta años no han llegado a cubrir seis meses de ocupación por año. Muchos de ellos con formación universitaria y buenas notas. Cuando tengan sesenta años habrán trabajado menos de quince. No tendrán relevo generacional, pues en esas circunstancias no compensa traer hijos a esta sociedad. Su riesgo de accidentes se multiplica y su productividad disminuye por inexperiencia y falta de hábito en el trabajo. La delincuencia ya está aumentando, con regocijo de jueces y abogados de oficio que piden más efectivos y la gente más cárceles para los insumisos.
La economía neo-liberal nos ha traído a donde estamos y nuestro desgobierno nos da nuevas recetas liberales para salir del pozo. La panda de sinvergüenzas que hemos elegido para que legisle, organice y gobierne han metido la economía en una fiesta de nepotismo y endogamia. Todas las sociedades que se hundieron desde que se sepa se hundieron por esto. Fragmentación de la administración, despilfarro, parentela e incompetencia.
En la aldea suburbial donde me crié la escuela no tenía luz ni retrete. Cagábamos en un agujero al que el dueño de la casa echaba tojo y luego retiraba convertido en estiércol. Mis coetáneos y la generación siguiente somos poco instruidos. Ya nadie trabaja, jubilaciones por lumbalgia o mentales, el paro... pero hay unos modelos de coches tan pretenciosos y aparentes, que por la mala carretera y los caminos solo circulan mercedes y audi, eso sí importados de segunda mano para que no se note en la matrícula que son viejos. Los chicos lamentablemente siguen el camino de sus padres. Horas de inactividad y cotilleo. Y este es nuestro país.

Pazó estuvo en China y le pregunté como lo vio.
-Está llena de chinos, hay chinos por todos sitios.
-¿Y que esperabas?
-En los museos aquí ves grupos de asiáticos, en los lugares de afluencia se ven grupos de extranjeros. Pateé media muralla china y solo había chinos, chinos, chinos... Eso sí, la hostia de coches de gama alta, no ves un coche normal y todos a toda leche.
-Como en mi aldea, debe ser el resultado de la miseria.

¿Serán Zapatero, el Gobierno y la Oposición, chinos? ¿Seremos chinos los pobres?

jueves, 16 de diciembre de 2010

LA ENFERMERA.

Cuando un tipo enfermizo como yo piensa en una enfermera, le sale un guión de película porno. No se me pongan cachondos que hoy estamos paternales. Al igual que no sé por qué muchos de mis conocidos y algunos amigos son artistas, tengo algunas relaciones muy entrañables con componentes del gremio de la regeneración y el cuidado de humanos. Y tanto los unos como los otros me han alegrado la vida desde joven.
Marta es una enfermera de la edad de mi hijo con la que tomo café. A veces para que no se crean que no curra me toma la tensión, apoyando mi brazo en su cadera. Le dije, Marta esto de tomar la tensión con estas confianzas, a los viejos nos pone. Desde ese día me toma la tensión con la puerta abierta.
Es una chica dulce, bella, y lo mejor, es muy divertida. Esas cosas se deben heredar, pues las historias de su hijo de seis años en la escuela son de este tenor.
-Mamá estoy enamorado de Matilde.
- Ah, muy bien, ya me irás contando.
A los pocos días.
-¿Que tal con Matilde?
-No me hace caso, solo está con Jorge.
-¿Y que vas a hacer?
-No sé, tendré que aprender a vivir solo.

sábado, 11 de diciembre de 2010

PESOS Y MEDIDAS.


He convocado a los indeseables que me aconsejan. En la taberna, naturalmente. Vino solo el tabernero. Me dio mi dossier de ron. Le eché un vistazo y lo liquidé en dos tragos y un par de miradas torvas. El tema que nos preocupa en la comunidad internacional de albañiles aficionados (CIAA) es la imprecisión de las medidas. El tabernero propone que la culpa es de las religiones del libro, son imprecisas, literarias. Como todos los autodenominados civilizados hemos sido educados en ellas, desconocemos genéticamente el significado de las medidas. Así cuando se dice Matusalén vivió mil no se cuantos años, ¿solares o marcianos?, con seguridad social o con milagro."In illo tempore Caesar suas legiones dixit:", En en año II de su frustrante permanencia en las Galias, cesar les dijo, sería lo correcto. Y las religiones se han empeñado en que aprendamos estas chorradas y como consecuencia de ello un ministro de Hacienda dice: La economía está en caída libre, ¿en el vacío o en el aire?. Se puede caer libremente el Ministro. Se le atribuyen a las medidas y a los pesos condiciones físico literarias. Estabilidad. Donde tiene el centro de gravedad y cuanto es su base para ser estable. Una relación estable. Lo mismo. Si es por conveniencia, debería decirse establecida.

O cuando un ministro con formación de Ingeniero de Caminos recomienda como puerto de destino de un petrolero "El quinto pino", ¿a que velocidad deberá navegar hasta el cuarto pino?. Seguro que a toda hostia. O el encargado de la gestión dice que las pérdidas son pocas, unos hilillos de plastilina. Los marineros sabemos que a partir del cuarto pino hay que parar máquina, pues tardará ochenta veces su propia eslora en pararse, si aproa al viento menos.

Si aquí hasta los de ciencias son de letras, cuando alguien dice que va a tomar medidas es para echarse a temblar. Así, las medidas que dicen los de la oposición son para "infundir confianza" en los inversores y "dar esperanza a las familias de parados", medidas teologales. No vuelvo a fiarme de nadie que tome medidas y no traiga una diez millonésima parte de cuadrante de meridiano terrestre en la mano, o no diga que deberé navegar al 240 verdadero un arco de 350 minutos de círculo máximo antes de hundirme. Unos pesaos, somos unos pesaos. ¡Albañiles al poder!. ¡Cada ciudadano un metro y un juego de pesas y medidas!.

jueves, 2 de diciembre de 2010

EL CLUB LA BUENA VIDA.

Yo soy de la radio. No me impide mis curres de albañil, excepto cuanto estoy de hormigonera, me entero de las movidas que quieren que me entere, escucho gente interesante o coñazo (perdón por el adorable sexismo) y saco algunas conclusiones. Ciertamente casi todos hemos utilizado los medios de difusión para tocarle las pelotas a alguien. Generalmente al poder, pues lo único que atemoriza a quienes lo detentan es la información libre. Cada vez es más dificil y lo agravan los portavoces.
Hoy viví un ejemplo. Pontevedra como muchas ciudades tiene una plaza porticada, siempre se llamó "A ferrería", pues en la edad media se ubicaban allí curtidores y herradores, luego se llamó del Generalísimo y hoy de la Constitución. Allí se reune la sociedad, mamás con sus niños, jubilados a pasear, desocupados permanentes, mendigos y yo.
De chaval quería ser mendigo, luego Víctor Manuel saco una canción y me quedé para siempre colgado de los mendigos, escucho sus conversaciones en los descansos de Don Simón, me indigno cuando piden de rodillas o me dicen que es mejor pedir que robar, siempre creí que el robo es más decente que la mendicidad. Un atracador de bancos en esta sociedad me parece un tipo decente. Una puta carterista, un chapero navajero, me parecen más decentes que sus clientes.
Ahora a los pobres nos llaman personas con riesgo de exclusión social. Y pongo el "nos" porque somos todos. O casi todos. Y venía yo escuchándolos en la radio de vuelta de la ferretería, donde no sé si necesito ir o voy por ver a Tamara y sus ojos azules. Los del riesgo de exclusión social protestaban y se reunían en los soportales de "A Ferrería". La radio del coche me puso su opinión en contra de que la Concejalía Social, o como se llame, por un recorte de gastos suprime su "programa de inserción para personas con riesgo de exclusión social", en este galimatías sociopolítico la portavoz mujer se expresó bien, inteligentemente. Dijo que la habían apoyado, que le encontraron trabajo, que luego la despidieron varias veces, y que las personas que la apoyaban tenían que dejarlo por la crisis, dijo que ahora estaba en un curso de costura y reciclaje textil para aprender a buscarse la vida. Luego vino el portavoz varón, solo acertó a decir que vivía en la calle, que le daban una pensión, o una paga, no entendí. Cuando el locutor le preguntó por su actividad en el programa dijo: "Estoy en el club de la buena vida" y hablo vagamente de apoyo sicológico. Cuando a los trabajadores nos representan profesionales de la representación, a los pobres nos representan miembros del club de la buena vida, y a los artistas la SGAE estamos jodidos. Ya no quiero ser mendigo. Y cualquier día de estos dejo de escuchar la radio y me paso al silencio.