El trabajo del Balizamiento.
Para los no náuticos un Balizamiento es el conjunto de Señales, luminosas, acústicas y radioeléctricas que permiten una navegación más segura en un espacio predeterminado. Hay una parte de proyecto, que en España se va haciendo según se producen los naufragios, una parte de instalación, que depende quien la haga y quien la supervise, puede estar bien o mal hecha y una parte de mantenimiento que dirigían altas instancias y trabajábamos unos cuantos indocumentados, a veces con jornadas extenuantes y con medios poco menos que inventados.
Cuando se resolvió el concurso para proveer las vacantes me quedé muy sorprendido que me diesen la plaza de Vigo, acababa de ingresar en el Cuerpo y en aquella época los sindicatos aún no estaban en las Juntas de Personal para atribuir méritos. Descubrí enseguida por qué nadie más antiguo había pedido la plaza. Porque era un curre, cincuenta y cinco señales distribuidas por toda la ría: unos cien kilometros de costa. La vivienda había sido disminuída por un acuerdo entre el Ingeniero de Obras de la Junta del Puerto y el contratista en 26 metros cuadrados. Parece un transformador eléctrico. Se ubica en terrenos del Radiofaro de Cabo Estay y el Encargado del Radiofaro había asegurado que no dispondría de agua ni luz, pues no había para todos. El día que vino el Inspector de Patrimonio a recibir la obra, le preguntaba, encantado, al que se había embolsado por lo menos 13 m2, mientras miraba el proyecto donde estaba con 98m2, en vez de los 72m2 construidos:
-¿ Pero que maravilla hiciste aqui Fulaniño, y cuanto dices que costó esta preciosidad?.
-Tres millones, se amplió el presupuesto en medio millón por una oferta del contratista para hacer el porche... (1982).
El porche hacía perder más superficie ocupada. Se hizo quitándole espacio a la sala.
A la vista de eso me callé, en aquel momento mi situación era débil, tenía un niño pequeño, estaba a punto de separarme y dependía orgánicamente del elemento...
Como no todo podía ser negativo, en el servicio había un operario que sabía mucho, de todo lo que estaba incluido en mis funciones y por supuesto las suyas. Había además un chófer que conducía los vehículos que "voluntariamente" cedía la Junta del Puerto. Ambos pertenecían a la plantilla del puerto. Mi aspecto no les gustó, mi barba, mi atuendo y mi descojonarme de todo no les debió resultar nada tranquilizador... Ellos a mi si me gustaron. Vi que dentro de la miseria de medios de que disponían, a pesar de la incompencia o dejadez de sus superiores todo estaba limpio, ordenado, y con un mantenimiento que merecía mejores salarios.
Mi trabajo anterior en la Marina mercante no me servía de mucho, mi formacion de telecomunicaciones y electrónica no servía para nada en medio de tanto equipo sueco de gas anterior a la segunda guerra mundial. Pero sirvió para conocer a la gente y saber estar entre las aguas turbias de algunos ingenieros de caminos y el esfuerzo denodado y limpio de los pocos colaboradores de que disponía el servicio. Merecen recuerdo José García Carro y Leopoldo Costas Gómez.
Pepe García había sido fogonero del "Ramiro Pascual" y cuando vino el primer barco de motor al servicio se quedó en tierra como ayudante del Torrero de faros titular, Sr. Adell. Ya muy viejo y desgastado, Adell se dedicaba a la pintura al oleo y a joder en lo que podía a los ingenieros, reclamandoles el derecho a caballería, que reglamentariamente le correspondía y presentando los recibos de alquiler de un caballo de Cangas a Cabo Home y vuelta. Por supuesto, ese servicio lo hacía Pepe en bicicleta. El pobre Adell aquejado de terribles dolores reumáticos no podía ni sonarse. Pero su caligrafía impecable se mantuvo reclamando las "dietas y viáticos" reglamentariamente establecidos y debidamente justificados hasta el día de su muerte. Pepe sabía arreglar todos los equipos de gas y una máquina de coser o escribir, ajustar cualquier arma o arreglar un reloj de oro. A sus sesenta años era un atleta y se colgaba de los aros protectores de las boyas cabeza abajo en medio de un temporal. Competíamos en velocidad modalidad 1000m. roca a través en los acantilados de Cíes y me ganaba siempre. Yo no había cumplido los treinta. Llegué a adorarlo. Siempre disciplinado y respetuoso. El día de que me hice cargo del servicio le pedí que retirase los dos cuadros con retratos de Franco marítimo (vestido de Almirante) del despacho del almacén, no le gustó:
- A min non me estorban. E o Director tamén ten un.
-A min si.
Desaparecieron los retratos y no se volvió a hablar del tema.
Poco a poco sus informaciones me ayudaron a ir sacando partido a los medios que fuí consiguiendo en reiteradas peleas con todo el mundo. Trasladé el despacho de Señales Marítimas en las Oficinas del puerto, al viejo almacén. Forramos la oficina en madera. Construimos una fragua, conseguimos una soldadura eléctrica y una autógena, un polímetro, un medidor de aislamientos y dos tomos de "Tecnología mecánica". "Xa está Mera coa Macánica Popular" decía Leopoldo, el chofer. "Poldo" había empezado a trabajar en el puerto de aprendiz a los doce años. Era buen mecánico y conocía a todo Vigo. Si se necesitaba un motor, lo cambiaba por chatarra en un desguace, buscaba las piezas para repararlo y se ponía a ello. Me presentó a todos los comerciantes que podías ir y decir:
-Quiero hacer esto.
-Para eso necesita usted, esto, esto y esto.
-¿Puede pasarle la factura a la Jefatura de Costas?
-¿Cuanto tardan en pagar?
-Entre seis meses y un año....
-Vale, pero no me pida comisión...
-????!!!
-¡De que se extraña? Aquí todo el mundo la pide...
-Descuéntela en la factura.
Leopoldo Costas y Pepe García Carro se turnaron conmigo para montar la actual linterna del faro de Montefaro en las Cies. Apretamos por turnos subidos en la cúpula miles de tornillos. Es una linterna de la Maquinista Valenciana de 2.50 m. de diámetro que llevaba quince años en el almacén y que el personal del Centro Técnico de Señales Marítimas de Alcobendas no montó "por mal tiempo". La montamos y procedimos al montaje del sistema de iluminación por gas y optica giratoria. Al tipo que lo inventó le dieron el Nóbel de Física.
El Ingeniero Autor del Proyecto de Reforma y sus asesores habían olvidado incluir una pieza, por lo que el haz de luz, saldría de la cúpula y no se podría ver. La linterna tuvo que ser elevada, sin necesidad de desmontarla, 40 cmts. Se hizo mediante gatos hidraúlicos, y se rellenó con hormigón el espacio que faltaba. C. M., el ingeniero que había mandado tirar la construcción de las habitaciones del faro, despues de contratar una construcción de piedra para usarla como cantina- y ordenó tirar la piedra sobrante por el acantilado, operación que paré el día de mi toma de posesión, amenazando con contarlo a la prensa, lo que hoy no hubiese funcionado-, me preguntó si creía que me pagaban para corregir sus proyectos, le contesté que a los muertos de hambre solo nos pagaban para echarnos la culpa cuando sus proyectos resultaban una mierda y palmaba alguien. Como siempre, haciendo amigos...
Al cabo de un año, la Dirección general de Puertos y Sañales Marítimas pasó a llamarse de Puertos y Costas, con Jefaturas provinciales. Enrique Disdier, el Jefe de Pontevedra se hizo cargo de un equipo variable, pero como había dirigido el Servicio de faros en el Puerto de Vigo y se llevaba a matar con el "stablishment" me tomó bajo su protección y durante el tiempo que permanecí en el Servicio no faltó de nada, ni medios ni personal. Incurriendo todos nosotros en irregularidades necesarias para sortear los olvidos administrativos en la Ley de Presupuestos. Aquellas irregularidades serían esgrimidas hoy como malversación de fondos públicos. Fueron aprovechadas entonces por algunos para forrarse. Estoy seguro que los que servíamos los faros en la zona por entonces, fuimos honestos aunque ilegales.
Mi incorporación al Servicio de Señales Marítimas y la provisión de medios por parte de la Jefatura de Costas de Pontevedra me dio la oportunidad de conocer tecnologías hoy obsoletas pero ecológicas, eficaces y maravillosas. Muchas de ellas estan protegidas por patentes del Premio Nobel de Física de 1912 Gustav Dalen, que produjo y lo que es mejor, comercializó, mas de cien patentes, alumbrando por sus procedimientos faros y boyas de todo el mundo hasta la actualidad.
El carburo.- El alumbrado por carburo de calcio se viene usando desde el S. XIX para alumbrado público y luces portátiles. El gas se obtiene mediante un gasógeno o mediante el vertido de agua sobre una piedra del mineral obtenido por fusion de cal y carbon. De la mezcla se obtiene oxigeno (p.e. Oxigeno sanitario) y gas acetileno. Este es inflamable y explosivo espontaneamente en proporción de oxígeno de 2/5. Produce una llama blanca facilmente manipulable, que puesta en foco de una lente Fresnell de 500 mm. de diámetro puede dar treinta millas de alcance con solo 35 litros de gas por hora.
Gustav Dalen.- Antiguo granjero autodidacta se formó de adulto como ingeniero. Fué capaz de producir y comercializar gas acetileno "empaquetado". Sus gasógenos producían oxígeno y acetileno en botellas de 3000 y 7000 lts. Naturalmente antes tuvo que buscar un método de estabilizar el gas. Lo consiguió disolviendo el gas en acetona y para que la mezcla resultase estable construyó botellas de acero de 1.70m por 30 cm. de diámetro que contenían una masa porosa no soluble, una vez metido el gás a presión de unos 15 kg/cm2 a 20º C las botellas pueden ser transportadas para su uso. Fundó la compañía AGA, que fabricaba y comercializaba sus patentes: Reguladores de presión,mediante resortes y diafragmas de cuero, filtros de amianto, quemadores de esteatita, camisas de seda tratada con metal para producir incandescencia (los camping-gas), cambiadores de camisa para que el faro mediante un mecanismo de relojería cambiase automáticamente la camisa cuando una estuviese deteriorada. Valvulas solares que apagaban el faro cuando había luz solar, mediante la dilatación de un metal que cerraba el paso de gas, dejando solo el necesario para la llama piloto. En 1909, en una demostración de las botellas con fuego abierto, una de ellas explotó, hirió al coronel del ejército sueco que presenciaba la operación y dejó ciego a Dalen, que apesar de ello continuó produciendo patentes maravillosas, ayudado por su familia hasta su muerte.
En el Faro de Montefaro se utilizó este sistema. Una optica girando sobre una cazoleta de mercurio para impedír que se fugase el gas del quemador, recibía su impulso del movimiento oscilante vertical de un diafragma del regulador de presión, que se trasformaba en movimiento giratorio mediante un embrague de fricción. Este movimiento era el que hacía que el las cuatro paneles de lentes Fresnel, en maravilloso cristal de roca, tallado y pulido, montado en soportes de bronce diesen dos destellos de medio segundo cada doce segundos. Con doce botellas de acetileno el faro funcionaba seis meses, más o menos.
Una vez puesto en servicio se procedió al desmontaje de la torre provisional, un contratista se encargó de pavimentar una parte del recinto con las piedras que pude salvar del acantilado y las piezas de cornisa tallada se colocaron como bancos con la talla hacia arriba, para que su forma curva revele a los visitantes avispados que hubo una vez una casa de farero con cornisas talladas en granito.
Mi aprendizaje en la cuestión fue rápido gracias a los archivos olvidados en cajones, donde estaban todos los esquemas de Dalen, en inglés y alguno en castellano y a la práctica autodidacta, pero inteligente y de muchas horas no pagadas del Peón del Balizamiento D. José García Carro, que siguió apoyandome hasta mi cambio de destino, cuando ya estaba jubilado.
Eran tiempos de contrasentidos. Estanislao Rodriguez de la Cigoña, del patronato del Parque, quería poner comederos a las gaviotas. Las autoridades de ICONA (Instituto para la conservación de la Naturaleza, Saiz de Miera, Ingeniero Conservador) tiraban la basura de dos mil visitantes descargandola con un tractor al borde del acantilado. Unas ratas gigantescas se comian huevos de ave, gazapos y lo que se pusiera por delante. El mismo conservador impidió que sacásemos arenisca de la jabrera tradicional para reparar los caminos y tuvimos que llevarla en barco desde tierra. Simultaneamente el camino frente a la casa forestal fue empedrado con las piedras de un cenobio del siglo XII, documentado pero sin catalogar, que se encontraba en la vaguada da Pedra da Campá. De esta y otras absurdas historias seguiré contando. Aunque el proximo capítulo será más del personal.
Próximo y último capítulo. Personal de Faros en las Cíes.
"Y yo me digo para mi mismo, pero Señor, ¿Por qué seremos tan malos?"
J. García Carro, cuando nos destrozaban un faro a pedradas. Decenas de veces al año.