miércoles, 26 de abril de 2017

LA TELE.

Había actualizado uno antiguo. Pero vino mi suegra y a Carmen no le gusta Aljazzira ni la CNN, intenté conectar el antiguo pero no me acordé como se hacía. Fui al Super y encontré uno de oferta,  pagué y salí. A la salida del super había una chica imponente con un vestido vaporoso muy llamativo, se bajó las gafas de sol de interior y me miró con mucha atención. Iba yo muy elegante con el televisor de 32 pulgadas en la mano (32"=80 cm.) . La joven se acercó mirándome por encima de las gafas de sol:
-¿Perdona, has quedado aquí con alguien?
-No, pero me encantaría haber quedado contigo.
-¿Y quieres quedar?.
Bajé la cabeza tristemente y me fui pensando en dos posibilidades: O se me puso pinta de rico por no dormir la siesta y haberme limpiado los zapatos, o a aquella joven una pitonisa le dijo que el hombre de su vida aparecería por la esquina del supermercado con un televisor de la mano, y la pobre es creyente.

Resultado de imagen de televisor

domingo, 9 de abril de 2017

APORCAR.



 https://imagessl9.casadellibro.com/a/l/t0/59/9788487535659.jpg
Mi amigo, amante de los faros y periodista Juanmi Ochoa de Olza, nos pone cada día en su página de Facebook una palabra de las recomendadas por la RAE. Estos días nos puso "Aporcar", cada uno de sus cachondos amigos puso una barbaridad en los comentarios. Yo también, y es que me pilló "aporcando". Tengo una primavera agrícola y siempre que estoy en estos menesteres me acuerdo de John Seymour y su "Vida en el campo" o "El horticultor autosufiente". Recordaba ayer cuando fui a comprar una cabra para que comiese la maleza y compré una cabra y una potra. Las llevé a nuestras ruinosas propiedades. La cabra nunca quedó preñada y eso que le concerté citas con el novio más guapo de lugar, un cabrón que merecía ser ministro, o algo. La yegua si, en cuanto tuvo tres años, ya domada, se subía sola al remolque que la llevaba de fiesta. Como la familia aumentó decidí sembrar cebada, compré un tractorcillo de segunda mano, aré el campo y, naturalmente, releí a John Seymour y su "Vida en el campo". Más o menos: "La cebada debe sembrarse en primavera, cuando el riesgo de heladas haya desaparecido" ..."Lo más práctico es bajarse los pantalones, sentarse en el campo y sembrar cuando no se note fría la tierra".
Dicho y hecho:  Soldé  unas vigas para aplanar la tierra y las enganche al tractor. Me bajé los pantalones y los calzoncillos. Me senté en el campo. Estando sentado recapacité en mi estupidez y mi falta de criterio respecto a lo leído. Me eche a reír, con la esperanza de no haber escandalizado a las vecinas, miré al Oeste y grité: You are a bastard, Seymour!