lunes, 27 de abril de 2015

CANCIÓN DE CUNA DEL M/V COSMONAUT.

 

Imagen: http://www.shipspotting.com/gallery/photo.php?lid=142310
Antes de que la vejez me borre los recuerdos, antes de que se confundan con las historias de otros, como suele suceder en las historias de marineros, quiero dejar esta, que debería ser Patrimonio de la Humanidad. Debo advertir a mis dos lectoras feministas que puede herir su susceptibilidad.
Mi profesor de Inglés en la Escuela Oficial de Náutica de Coruña, delegado de J.M. Candina en la ciudad, me recomendó a una naviera llamada "Aliança Shipping Co." para relevar a un Telegrafista alemán, en un buque llamado "Cosmonaut" de capital alemán y bandera de Singapur. La oficialidad era mayoritariamente alemana, de doce tres éramos españoles y la tripulación totalmente gallega, excepto uno: el cocinero, que era de Bilbao. Los viajes eran muy divertidos, de Europa a varios puertos de Brasil.
Rafa Estévez Macías era el Tercer Oficial, coincidíamos en la guardia de ocho a doce y llegamos a tener una amistad que dura hasta hoy. Él fue quien me contó las historias más exquisitas del barco.
"Fui a pedirle huesos al cocinero, los tallo durante las guardias. Me miró como si fuese una aparición y me dijo:
- Si le gustan los huesos, le voy a preparar un plato de huesos que se va a chupar los dedos.
Este hombre debió pensar que soy un perro."
Pero nuestro cocinero cantaba, con buena voz y tono. En las fiestas del barco, salía por:
Que te tumbo, niña que te tumbo,
que te tumbo, que te tumbaré...
¡Y me dice la muy puñetera.
No me tumbes que yo me echaré!
Mi mamá no quiere, 
mi mamá no quiere ,
que vaya a la plasa,
porque carnisero me sube la falta.
Le pido bisté, le pido bisté
y me da chuleta
y si me descuido
me toca una teta.
Espero que Rafa tenga a bien poner su voz y su acordeón a esta fantástica obra lírica del sentir popular y una vez grabada la pondremos aquí, para beneficio del pueblo llano.

sábado, 25 de abril de 2015

UN LIBRO. UNA MEMORIA. UN TRABAJO.



Ayer en la fiesta de jubilación de un compañero, una de las trabajadoras del Aeropuerto de Vigo, ante la afirmación de un pretendiente que decía ser bisexual, contestó que ella era bipolar. Entré en la discusión y afirmé con mi media cogorza que yo no era bisexual, pero era bífido y bilingüe.
Y es que los derroteros de la vida me han alejado de mis pasiones para ejercer actividades físicas, como colocar suelos, construir estructuras y hacer hormigón. Todo ello enmarcado en el absurdo de la propiedad decadente e intervenida por inútiles.
Pero una de mis pasiones siempre fue la Historia, buscar a través de los rastros que y quien nos trajo hasta aquí.
Ser gallego implica una historia dolorosa, de usurpación, de sumisión, traición y rebeldía. A veces todo en la misma persona. Y por supuesto en la misma familia.
Ser pontevedriano implica que conoces apellidos, conociste a las personas y a veces tienes relación de parentesco o amistad.
La Historia significa desligarte, buscar raíces sin implicarte emocionalmente tratando de no falsear por influencia de los propios sentimientos los datos de los que dispones.
En nuestra historia reciente, plagada de víctimas y asesinos, de denunciantes y denunciados se ha estudiado muy poco el papel de parientes, párrocos y ambiciosos pretendientes al poder. Cuando busco un nombre relacionado con los hechos, siempre aparecen dos o tres páginas. Una de ellas, en un gallego impecable, llena de trabajo y modestia: Pontevedra nos anos do medo de Xosé Álvarez Castro. Tardé mucho en darme cuenta de que el autor está emparentado con mi familia, una de tantas divididas, con muertos en combate y represaliados en las cárceles, denunciados y denunciantes. El resultado de está pagina es fruto de un trabajo exhaustivo en archivos y registros judiciales, buscando las hemerotecas y en testimonios que casi no quedan. He leído con pasión el libro PONTEVEDRA NOS ANOS DO MEDO . No soy dado a las celebraciones, ni a los San Jordis, pero el Día del Libro fecha en que acabé mi lectura le llamé para felicitarle. No estaba en casa.
Quiero hacer constar que el autor es enseñante de la Pública. Creo que de ahi se pueden sacar conclusiones. Como no sé si soy bipolar, bífido o bilingüe,  me voy a colocar una puerta.