martes, 21 de agosto de 2018

ACTO DE CONTRICIÓN.

Llegando al final quiero pedir disculpas a los vivos y a los muertos. A los capitanes cuyas órdenes discutí, a los ingenieros de caminos a los que desprecié, a los compañeros de la infancia a los que pedí que no me saludasen cuando me enteré que se habían buscado el sustento entrando en la Guardia Civil o la Policía franquista.
He sido ideológicamente rebelde creyendo que el cambio era necesario para bien de la Justicia. Que el Poder Popular podría autocontrolarse y corregir los vicios de una sociedad basada en el poder de las armas o del dinero. En el camino de esa rebeldía que duró cincuenta años he apoyado a gentes que deberían avergonzarse de si mismos, como yo me avergüenzo de haber suministrado medios y a veces discurso a ciertas organizaciones y tendencias.
Si me hubiese dicho algún vidente que los líderes de Corea del Norte iban a heredar el poder del llamado Partido Comunista durante tres generaciones, hubiese dicho que eran cosas de analfabetos creyentes.
Si me hubiesen dicho que los países más ricos y socialmente más desarrollados de la América latina iban a estar gobernados por cretinos analfabetos, que se iban a suceder por mandato divino y canto de un pajarito diría que era consecuencia de la corrupción de los partidos burgueses.
Si hubiese sabido que los Castro iban a dejar a Cuba en la más triste de la emigraciones y las ruinas, lo achacaría al bloqueo americano, pero ¿y herencia entre hermanos?
Y Nicaragua, más hermanos, más asesinatos para que un dictadorzuelo siga en el poder.
Cuando murió Franco millones de españoles manifestaban su dolor en las plazas, unos meses antes se manifestaban a favor de la pena de muerte a cinco antifranquistas, en contra de las sanciones internacionales al régimen por aquellas barbaries, por aquellos palos en las calles. A esas manifestaciones asistía lo más vulnerable de la sociedad, incluidos emigrantes.
 El gobierno de Suárez que entonces nos parecía facha, abrió las puertas al aire fresco, a la vuelta de los exiliados, las oposiciones al empleo público fueron limpias durante dos años. Las autoridades de la porra de dos años antes, nos trataban con respeto incluso a quienes no las respetábamos. Hoy pienso que porque estaban cagados.
Luego vimos pasar corrupción tras corrupción, intereses privados, consejos de administración para los altos cargos que benefician a los que nos roban. No importan las siglas, seguís siendo unos miserables, me arrepiento. Nosotros, los curritos, seguiremos pagando.