Cuando lo conocí hace unos años me había llamado la atención su simpatía y la facilidad de comprensión de los idiomas. Pero una serie de incidencias promovidas por mi estupidez, llevaron a permanecer más de dos meses sobre el muelle a mi "Biniazar". Un barco próximo presentaba un problema en el casco. Yo no me acordaba del nombre de ese efecto que se produce en el poliester. Le pregunté al marinero Richard:
- ¿Sabes como se llama el efecto que produce estas burbujas en el casco?
Puso el dedo hacia arriba, cerró los ojos,
-Creo que se llama "lósmosis".
Me explicó que había trabajado algunos años en una fábrica de cascos de barco de poliester, que laminaba con rodillo metálico y el no hacerlo a conciencia es lo que causa el problema de "ósmosis".
Contó que era verano, a Richard le caía el sudor a chorros, para que no le entrase por los ojos se había puesto una cinta en la frente y metió el lápiz que usaba entre el pelo y la cinta. Aquel día el dueño se acercó a la planta y al verlo subido en el molde le preguntó si podía hacerse una foto con él. Se puso a su lado, le hicieron la foto y cuando el dueño se había ido, se acercó el Encargado:
-¡Joder! llevo aquí más de diez años y nunca me dijo "buenos días" el dueño. Hoy es la primera vez que te ve y se hace una foto contigo.
- Es que tú no eres negro...
Hoy me contó que vio a un fulano tirando líquido de una garrafa al mar. Se acercó y el olor que no podía identificar le indicaba que no podía ser nada bueno. Le dijo al hombre que no podía tirar líquidos al mar, que envenenar las aguas envenena los peces, las aves, la gente...
De malos modos el hombre le contestó que hacía lo que le habían mandado. Y añadió:
-Pues ¡muy político eres tú!.
Le dije a Richard:
- No, tú no eres político, él es imbécil.
Raxó: 28 de enero 2018.