miércoles, 23 de enero de 2008

STARDUST. Herbert Van Den Burg.

EL BARCO.
Faltaban seis meses para que naciese nuestro hijo y después de gastar todos nuestros ahorros en unas vacaciones que duraron tres meses, ante la imposibilidad de encontrar un trabajo en tierra en aquella España de 1974, decidí embarcar por seis meses. Encontré un embarque con una agencia de Santiago que se llamaba Comercial Marítima de Finisterre. Mi esposa de entonces había navegado los últimos tres años conmigo y esa era la primera vez que nos separábamos, fue desgarrador.
Debía embarcar en el puerto de Amberes. La llegada fue en una tarde lluviosa, oscurecía cuando llegué y el barco estaba en un muelle de reparaciones, que por su aspecto parecía mas bien de desguace. Cuando el "Stardust"se construyó para Noruega su casco remachado en 1928 debió ser una bella nave. Era de vapor (máquina alternativa), puente al medio, tripulantes a popa, cuatro bodegas.
Un mulato que resulto ser el cocinero, caboverdiano como casi toda la tripulación, estaba apoyado en la regala. Pregunté por el Capitán y me dijo como si él estuviese de visita, en un ingles impecable: Está en su camarote, una cubierta cubierta más arriba.
Me presenté y casi sin darme tiempo a decir mi nombre:
"Bien, mi nombre es Capitán Niesing, la compañía y yo -soy también armador- esperamos de usted que además de la contabilidad y las comunicaciones pueda hacer una guardia en el puente, por supuesto bajo mi supervisión, y se le dará la formación necesaria para esas obligaciones".
Menudo gilipollas, pensé. Era un tipo inmenso, ocupaba toda la sala de oficiales que se había apropiado como despacho. Adopté una postura casi tan teatral como la suya, y muy digno contesté que mi formación y funciones estaban regladas por normas internacionales y un contrato y que carecía de formación para hacer guardia en el puente y que los Oficiales de cubierta no eran difíciles de contratar. Yo también fui gilipollas, pues a los dos días me presentó al Segundo Oficial, que me dio mucho miedo en el Canal de la Mancha y que su formación marítima consistió en hacer la mili en la Armada y que su mujer era amiga de la del Capitán. Su trabajo anterior, controlador de existencias en unos almacenes. Por la cantidad de galones nuevecitos que el Capitán de aquel trasto llevaba en la bocamanga, sospeché que su título panameño no estaba amparado por el concordante europeo.
Aquella tarde en la cena conocí al resto de la fauna de la cámara de Oficiales, Jefe de Máquinas griego, anterior bandera del barco, Primer Oficial holandés, Segundo de Máquinas holandés, y de Tercer Maquinista un antiguo polizón que carecía de documentos. El Segundo Oficial tardó unos días en llegar.
Los más interesantes eran el Primer Oficial Van den Burg y el Tercer Maquinista, que se llamaba Johnson, según constaba en el pasaporte caducado de las Naciones Unidas, que le reconocía como apátrida, nacido hacia 1951. En realidad me dijo haber nacido en la Guinéa exfrancesa, llamarse Mahmadou Diallo y de hecho no hablaba una palabra de inglés. Le supuso un alivio mi llegada, pues se comunicaba con el Jefe de máquinas en un extraño castellano. Y yo era el único que hablaba francés.
HERBERT VAN DEN BURG.
El Primer Oficial Van den Burg era mestizo de un médico holandés y de una nativa indonesia. Era más bien bajo, gordito, muy moreno, no tenía un solo diente y lucía una barba ligeramente cana. Dijo que no se ponía los dientes porque le daban asco y no los necesitaba para comer.
 Su padre estaba considerado un héroe en Holanda, pues había sido fusilado por los japoneses, por apoyar a la resistencia indonesia. El gobierno dio a su madre una pensión vitalicia, la residencia en el país y se hizo cargo de los estudios de su hijo. Estudió Náutica por influencia de su padrastro que era marino. Tenía algunos problemas con su título holandés y no podía mandar barcos por haber tenido tres naufragios que aparecían como dudosos y los aseguradores, ya sabes, ponen pegas.
 Hablaba correctamente, casi sin acento, español, inglés, alemán y portugués. Fue un amor a primera vista. Para mejorar mi inglés el hablaba en inglés y cada día hablábamos de un tema. Yo anotaba diez palabras nuevas y si encontraba alguna en castellano que él no conocese hacía lo propio. Primer día. La familia. No estaba casado, vivía con una mujer.
-Enséñame la foto, pedí. Impresionante, muy atractiva y al menos veinte años más joven que él.
-Quiero la historia, como la conociste.
-Había un temporal impresionante en Irlanda, temí que el barco no lo aguantase y lo metí dentro de una ensenada que había en una isla cerca de la zona por la que navegábamos. Fondeamos y vino un tipo un poco mayor que yo, en una canoa, dijo que era el práctico y le dije que gracias que nos íbamos en cuanto amainase. El temporal arreciaba y le dije que subiese a bordo. Subió y lo primero que me preguntó era si teníamos whisky para vender, le vendí dos cajas y estuvimos bebiendo y se quedó a dormir, al día siguiente me invitó a cenar en su casa, hace cinco años y aún lo está lamentando hoy: su hija y yo nos enamoramos.
Nuestro Capitán era un mentiroso compulsivo, si se hablaba de barcos el había mandado los mas grandes del mundo, por los mares mas exóticos, veinte años. Si se hablaba de la enseñanza, había sido profesor de la Politécnica diez años, si de contabilidad seis años contable, después de cada oficio yo me iba al camarote y lo anotaba. Profesor Esc. Pol. 6 años. Aprendiz de barbero 3 años. Llegó a tener ciento veinte años. Yo creo que enfatizaba los años para dar una imagen de seriedad.
Tenía yo la" lista de oficios " en forma de tablas. Un día vino Herbert a despertarme y pregunto que era, medio dormido contesté, "ah eso, la lista de oficios del capitán", se puso a leerla y se fué riéndose.
Días mas tarde el tema de conversación para mis mejoras en inglés, era a sugerencia suya "oficios extraños". Con su extraordinaria pronunciación. Me describió Smith= herrador, Diver=buzo, Donkeyman=calderetero.
Ahora dime, que oficios raros tenéis en español, me vinieron como un rayo mamporrero y palanganero.
Nunca los oí, dijo, ¿de que tratan?. Se lo expliqué cuidadosamente.
Muy interesantes ambos, pero si se lo dices al Capitán seguro que ejerció diez o doce años cada uno.
That's all, folks

1 comentario:

  1. Todo esto que escribís es muy interesante. Me toca de cerca también a mí porque compartí 5 años de mi vida con un Jefe de Máquinas de un buque pesquero, aunque también lo había sido de buques mercantes.

    Qué vida interesante, cuantas anécdotas, cuantas vivencias diferentes.

    También tenía cerca a otros tripulantes de los barcos de la empresa en la que trabajé.

    Mi papá, además de Ingeniero Químico, en su juventud también fue telegrafista. Le tocó trabajar en el puerto de Montevideo, una vez tuvo que viajar al estrecho de Magallanes y también le tocó estar en una isla del Río de la Plata que se llama Isla de Flores. Eso fue cuanto tenía veintipico de años. Los dos meses que tuvo que estar allí le sirvieron para madurar mucho.

    Era gracioso porque de chica cuando me llevaba a pasear de la mano lo que pensaba me lo escribía en la mano en código morse. También recuerdo estar con él junto a la radio escuchando personas que se comunicaban por ese código que para mí era un misterio, pero él más o menos me explicaba que eran esos pi pi pi, punto, raya, etc.etc.

    Sin embargo yo, como Secretaria Ejecutiva Trilingüe, pasé 35 años de mi vida encerrada en varias empresas y mi contacto con el mundo siempre fue epistolar al principio hasta llegar a los medios de comunicación actuales.

    Por suerte tuve la oportunidad de viajar algo. Eso siempre es enriquecedor.

    Até logo

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