miércoles, 24 de marzo de 2010

LA RUBIA DE "EL RONQUILLO" (Sevilla)

El Ronquillo 04/03/10
Me gusta parar en los pueblos, es el mundo real. Un barómetro para saber como van las cosas. El Ronquillo está pegado a la historia, a la Ruta de la Plata e intenta despegarse del pasado camionero, del feismo de los setenta y creo que lo conseguirá. De momento es un pueblo en que todo el mundo es guapo. Camareros, dependientes, ..., la cajera de la gasolinera parecía sacada de un concurso de belleza.

Nuestro encuentro duró lo que dura un pis de mi santa (puede contar hasta doscientos) y un café. Entró la rubia empujando la silla de un hombre ciego y sin piernas. Es grande, transmite limpieza y el mundo podría girar entorno a ella.

Aparcó al hombre junto a una mesa y se fue a la barra, a mi lado. La camarera le preguntó:

-¿Que quieres?

La rubia respondió con impecable acento de la zona pero con un imperceptible deje de Ohio.

- ¿Que quiero...?, seis o siete cubatas y una noche de pasión.

Reí hacia adentro, la imaginé creciendo en una granja cerca de Toledo (Ohio), sus padres enviándola a estudiar a la vieja Europa y ella yéndose a la Ruta de la Plata, sin estudiar nada.

Cogió una coca-cola que le puso la camarera y se fue a la mesa. Le preguntó al anciano:

-¿Que vas a querer?

-¿Donde estamos?,

-En el bar, ¿No querías ir al bar?, pues estamos en el bar.

-Pues una cerveza y unas aceitunas.

-Y,¿ no quieres sardinas?.

-No, que están malas.

- ¿ Por que están malas las sardinas?

-¡Yo que sé..! ¡Pregúntale a las sardinas !

Fue entonces cuando mi Santa dejó de contar hasta ciento cincuenta y vino a tomarse el café y el pan con aceite. La rubia se aproximó a pagar.

-Muy divertidos usted y su hombre...

-No ve, pero canta muy bien.

Cuando nos fuimos sonrió e hizo así, con la mano.

Ayer llamé a Casa Huertas del Ronquillo, no estaba seguro de que fuese el bar donde estuvimos, pero con mi ocasional buen criterio pensé: a la rubia la conoce todo el mundo.

El señor que me atendió, encantador, me dijo: Es polaca y el hombre no es de aquí, está en la Residencia.

Esa residencia merece la pena. Pero mi santa no quiere internarnos.

viernes, 12 de marzo de 2010

LA VIDA EN LOS BARCOS MERCANTES. I

Moncho Chubasco, marinero como la víctima (yo), cortándome el pelo.

Foto: Monte Amboto. Con niños libaneses un domíngo, cerca de Trípoli (Libano) cuando era otra cosa...

En 1970, embarqué de marinero en el "Monte Amboto", en 1971 de 3er. Radio en el Trasatlántico "Montserrat", desasnado allí y no pudiendo pagar mis cuentas en el bar, me enrolé en un pesquero, el "Vimianzo", cargado de una enfermiza voluntad de anacoreta, duró poco esta vocación. Trasbordo al "Eolo". Luego la mili, el matrimonio y año y medio en el "Sierra Jara" y "Monte Amboto" , navegando siempre con mi primera esposa, empecé en los barcos extranjeros: Singapureño "Kosmonaut", panameño "Kristl Hermann", panameño "Stardust", singapureño "Santa Ursula", y el Liberiano "Dorado".
Lamento ser tan poco conceptual, desde pequeño soy anecdótico y casi intrascendente. Cuando me pongo a trascender, trasciendo y mi Santa dice que soy un pelma. Coñazo no, que es sexista.
Voy a esforzarme con denuedo para tratar la vida de los barcos sin que pasen ustedes el día leyendo y yo seis meses escribiendo.
Entre 1970 y 1977 los barcos mercantes eran un amplio abanico de actividad comercial. Pasaje, cargueros, petroleros, tanques químicos, bull-carrier, rolones. Por el tipo de navegación había: lineas regulares oceánicas, cabotaje nacional e internacional y tramp.
El personal era igual de diverso. Factores comunes igualaban los barcos españoles y los extranjeros, tanto en la navegación y forma de vida como en los tipos humanos y sus conductas. Una diferencia, esperada por otra parte, la flota española era chatarra en esos años. La falta de inversión en equipo y mantenimiento, eran endémicas entonces, los salarios eran un tercio de las marinas de otras nacionalidades. La disciplina tenía connotaciones de corte fascista. Pegarle una hostia a un marinero era falta. Pegarle a un oficial era delito. No hacer horas extras era sedición, o delito de desobediencia (jurisdicción militar) . Legislación: Ley Penal y disciplinaria de la Marina mercante de 1955, de 22 de diciembre.
El personal se clasificaba en tres categorías, con diferencias de clase acusadas en los barcos españoles y mucho menos en los buques de disciplina alemana, donde los oficiales consideraban a sus subordinados como compañeros, ayudaban en las labores para hacer más suaves los, a veces, penosos trabajos. Estas categorías eran: Capitán y oficiales, comían en un comedor separado, que en los barcos españoles se llama Cámara de oficiales. Maestranza: Contramaestre, mecánico o calderetero, electricista, mayordomo y cocinero, tanbién tenían comedor separado. Subalternos eran los marineros, mozos de cubierta, engrasadores, limpiadores, camareros y marmitones.
El barco funciona por departamentos, en aquel momento había tres o cuatro y en los buques de pasaje cinco, pues llevaban medico y enfermeros. Todos los departamentos eran dirigidos con reticencias por parte de la "Sección de Máquinas" por el Capitán, que por formación provenía siempre del departamento de Cubierta, cuyo jefe era el Primer Oficial, podía haber un Segundo Oficial y uno o dos terceros. El Agregado (alumno de Puente en prácticas) solía ser una figura muy querida y comentada. El departamento de Máquinas tenía la misma estructura y el Jefe de Máquinas ejercía el mando del departamento. En el departamento de Radio había normalmente un solo Oficial, a veces dos o tres en buques de pasaje. La Fonda era departamento con uno o dos Sobrecargos con categoría de Oficial solo en estos buques; igual que el Hospital, que en los cargueros llevaba cualquier piloto (Oficial de cubierta) al que el Capitán le encargaba esta función.
La cocina dependía del Mayordomo o Mayordomo cocinero, en los cargueros cuando acabó el contrabando de los felices sesenta desapareció el Mayordomo. Había normativa que establecía la cantidad mínima en calorías y en pesetas por tripulante y día que la compañía tenía que suministrar, cuando estuve en buques españoles eran treinta y cinco pesetas. Conocí algún Capitán que aparecía como sospechoso de mermar las raciones en connivencia con los cocineros o mayordomos. La gente pasaba hambre y entonces le compraban latas y pan. También solía en los barcos españoles dispensar el Capitán su atención a la Cantina, también llamada "Entrepot" que era un sistema de venta de productos como tabaco, alcoholes, perfumes y otros que no estaban sujetos a arancel en ningún país del mundo, solo para tripulantes (como en los aviones). El entrepot era el sistema financiero que permitía a los tripulantes ir de putas, cenar fuera, conquistar, etc. y mandar el sueldo integro a casa, por el sencillo procedimiento de su venta a los precios que para estos productos había en tierra. Es decir: pequeño contrabando. Ya entonces había en los barcos expertos en hachís y marihuana.
El llamado entonces personal subalterno lo constituían en Cubierta Marineros y Mozos de Cubierta, los mozos no tenían que pintar el costado ni subir a los palos, asistían a los marineros en estas funciones, tampoco hacían guardias de timón ni de serviola. Ganaban los mozos algo menos que los marineros, a este personal le repartía la herramienta y el material el Contramaestre, que es como un encargado en tierra . En Máquinas esta función la hacía el calderetero y repartía guardias y trabajo a engrasadores y limpiadores. En la cocina el Mayordomo o mayordomo-cocinero hacían pedidos que adquiría el Capitán o su delegado, organizaban las raciones para la travesía estimada y las elaboraban, el marmitón hacía el pan a las cuatro de la mañana y el café de las guardias, limpiaba la cocina y las perolas y servía la comida a la maestranza y lavaba sus platos. Si era espabilado, el cocinero le dejaba las raciones hechas y se iba de juerga, entonces el marmitón experimentaba en los fogones.
En los barcos alemanes se comía muy bien. Los marineros gallegos (casi todos) protestaban hasta con huelgas por la comida. Algunas compañías embarcaban cocineros procedentes de Galicia, que estaban trabajando en tierra en Alemania para evitar el problema. Consecuencia: la comida era una mierda y nadie protestaba. En los barcos de conveniencia (Singapur, Panamá..) de disciplina alemana había tres clases de pan, filetes y carne picada, café y té, leche y cereales. Todo ello estaba en dos "office", uno para la tripulación y otro para los oficiales, con sendas neveras, planchas, cafeteras y calentadores de agua.. En los barcos españoles eso ni se soñaba. Otra cosa que siempre funcionaba en los barcos alemanes era el aire acondicionado. Nunca supe por qué los maquinistas españoles no lo ponían, o lo jodían directamente. Había algunos inconvenientes: en mi primer barco extranjero con tripulación mayoritaria alemana y recién cambiado de bandera, dos oficiales españoles estuvimos meses sin intercambiar una conversación no profesional con nuestros compañeros alemanes. Mayoritariamente pensaban como hoy lo hacen muchos en España:" los extranjeros nos quitan el trabajo e imponen sus costumbres". Un par de años más tarde volví a navegar con algunos de aquellos caballeros, debo decir que su actitud conmigo cambió radicalmente y todo fueron facilidades. Las compañías habían asumido la multinacionalidad y en la mesa podíamos ser doce nacionalidades, pero casi todos los oficiales además de su lengua y el inglés, se expresaban y entendían en gallego gracias a la tripulación de cubierta y máquinas que solían ser de toda la costa gallega y sabían decir muy bien en inglés "yu fucki-fucki for mi tunait". Nuestras visitas a las noches de Brasil, donde la gente se enamoraba, olvidaba ponerse los preservativos y se casaba, desertando sin problemas después de pedir un anticipo amplio, dejaban sistematicamente un rastro de penicilina en la enfermería.
Singapur imponía un tripulante de su nacionalidad a los buques abanderados allí. Por tanto teníamos lavandero chino. Ganaba más que el primer oficial, el último se llamaba NG CHANG, era un gusto verlo hablar en gallego en los cabarés de Santos.
El 3er. Maquinista, Mr. Kenneth Barrett, de nacionalidad india, católico con cientos de estampitas, al que un día sorprendí al entrar por error de puerta (el que iba trompa era yo) en su camarote rezando, de rodillas, con los brazos en cruz, postrado ante sus estampitas; tropezó pocos días más tarde, de morros con mi mujer y conmigo cuando él salía de un hotel de los que entonces abundaban en las inmediaciones de los muelles. Con los ojos algo turbios, a modo de excusa y con una ligera inclinación a mi señora dijo, en su perfecto gallego da Costa da Morte:
-Xa non podía máis. Salíame o leite po las orellas.
La otra:
-Deus perdóa todo. (aparte)¡Mira ti! Mira que é fino o majama.
(Continuará)

domingo, 14 de febrero de 2010

"DORADO". Mi último mercante.

Rio Grande do Sul en la actualidad. En 1977 no había tantos rascacielos. Foto: Una página de rascacielos
En Santos, el M/V "Dorado" cargó soja en pelets, que se emplea como pienso, para Río Grande do Sul. El barco ya estaba lleno de mujeres cuando llegué a bordo. No me preocupaba, pues el encargado de suministrar la penicilina era Adolfo Baz, un Capitán que iba de Segundo Oficial, uno de esos gallegos que siendo muy inteligentes van de tímidos y cuando un gilipollas les habla, se cree que les hace un favor. Hace muchos años que no le veo, pero la última vez seguía siendo el tipo legal, valiente y tímido que yo conocí.

Quien no haya conocido la prostitución suele tener ideas proconcebidas. Las prostitutas somos nosotros, somos gente que en un momento u otro somos explotados, engañados o buscamos un medio de vida no siempre agradable. Brasil tiene tantos tópicos que hasta los brasileños se los creen. Las gentes somos iguales no importa donde, el legal es legal y el sinvergüenza lo es sin que influya su procedencia. La cultura o el bienestar son buenos, pero no cambian en principio a las personas.

El "Dorado" tenía un cocinero andaluz, un buen chico que había llegado poco antes que yo. Era buen cocinero y aquel era su primer desempeño marítimo. Me dijo que se sentía muy seguro de estar entre españoles, aunque el barco fuese liberiano.

Se enamoriscó de una de las chicas que invadían el barco y acordaron que ella viajaría a bordo desde Santos a Río Grande do Sul. El buen hombre vino a decírmelo, pues yo estaba encargado de hacer una lista de personas a bordo y entregarla a las autoridades bajo pena de fuertes sanciones. Al parecer, esto era porque varias mujeres habían aparecido muertas. Cada tripulante se responsabilizaba de la mujer que "invitaba" a bordo. Le dije que yo no tenía nada que ver con su invitada, que solo hacía las listas y fue a ver al Capitán. Salió muy satisfecho,

-Ningún problema. El tiempo que quiera. Me dijo al pasar por la telegrafía.

Nada más salir a la mar, el Capitán me ordenó transmitir un telegrama pidiendo a la Compañía el relevo del cocinero por introducir polizones a bordo. Según pude saber el Capitán embarcaba con su propio cocinero y en aquella ocasión no había podido hacerlo. Las razones de esas mayordomías solían ser económicas, no gastronómicas, rara vez sentimentales.

Cada vez que veía al cocinero feliz, haciendo pastelillos para que aquel desalmado los desayunase sorbiendo el café; cada vez que lo veía paseando la inmensa cubierta con su paulista, como un escolar presumido y enamorado, se me caía el alma a los pies.

El quebranto del secreto de las comunicaciones podía suponer una sanción internacional, lo que no dejaba de tener gracia, en países donde la policía abría la correspondencia en las oficinas de Correos. Liberia, España, Brasil no eran países muy delicados con el tema... Así pues con dolor de corazón no avisé al cocinero de la que se le venía encima. No dije nada a nadie. Transmití un telegrama pidiendo mi propio relevo a la Compañía y otro a la International Trade Federation (ITF), una especie de Federación del transporte, explicando algunas otras situaciones a bordo, como obligar a limpiadores y marineros a hacer horas extraordinarias no pagadas, contratos ilegales, contrabando y sobornos, embarque de oficiales sin otra titulación que la amistad con el Capitán o el Jefe de Máquinas, etc.

Cada mes entregaba al Capitán una lista de las comunicaciones dirigidas a la Compañía. Ese mes entregué también el telegrama donde pedía mi relevo. Me exigió entonces todos los telegramas privados. Se los entregué, pero se me traspapeló el de la ITF. El día de salida de Bahía Blanca me encontré el equipo de onda corta, con el que se mantenían la comunicaciones radiotelegráficas y telefónicas de larga distancia (paradójico), fuera de servicio. Después de cinco horas de trabajo descubrí la avería, que claramente era un sabotaje absurdo de alguien que no quería la inutilidad total, sino alegar descontroles de borracho, el saboteador pondría otra válvula, donde había la amputada en tres patillas (con una sería suficiente) Vendría un inspector y diría: aquí todo funciona. Telegrafista borracho. Cada dos horas el Capitán me venía con un telegrama. Lo ponía en un montón de telegramas pendientes de transmitir y le decía que tenía una avería. Con el último antes de cenar se atrevió a decirme:

- No se si usted será la avería.

En la cena me preguntó sarcástico si ya había pasado "sus" telegramas.

- Si señor, todos. Y uno mío informando a la Compañía de que la estación fue saboteada y la cerradura no estaba forzada. Desde hoy comeré con la tripulación.

Solo el Capitán tenía en ese barco llave maestra.

El primer Oficial y el Segundo se levantaron, también habían tenido problemas con la camarilla de D. José y los tres comimos el resto del viaje hasta Rostock con los marineros. En Rostock vino el Jefe de personal de la Compañía. Solo cuando mencionó al cocinero le conté lo que había pasado. Saqué las cuentas y las mostré, estuvo de acuerdo en todo. Al hablar de las horas extras me dijo:

-No debe usted intervenir, podemos garantizárselas. Pero no exagere, usted debe saber que con su salario podemos contratar a tres indúes o paquistaníes con título inglés.

-Ahora mismo,¡ llámelos!.

Ya tenía preparada mi liquidación y mi maleta...

-No puede desembarcar, está usted en la República Democrática Alemana...

-Ya verá que puedo. Iba a salir con la maleta, dispuesto a montar un pollo con la policía del Este, y en la puerta de mi camarote estaban el Primer y Segundo Oficiales, un limpiador y un camarero con sus maletas.

Escoltados por la policía en un microbús para cinco salimos por la frontera y en Endem nos reunimos de nuevo con el Jefe de personal, le dije que la compañía estaba denunciada la ITF, que lamentaba no haber tenido las agallas de haber dicho la verdad al cocinero y verlo desembarcar en Bahía Blanca, humillado, sin saber por qué y tener que hacerle yo la liquidación, obedeciendo órdenes de un cafre que no se había atrevido a comunicarle su despido.

Años más tarde, un marinero me contó que después de descargar el grano, un Radio alemán embarcó en mi lugar y dos pilotos polacos para sustituir a los dos oficiales que sin previo aviso habían desembarcado . En Rotterdam intentaron desembarcar a toda la tripulación, capitán y Jefe incluidos. No pudieron, tuvieron que liquidarles a todos según las retribuciones establecidas por la ITF, el contrato completo, a los que habían desembarcado sin cobrar sus horas, dijeron que estaban ilocalizables y la ITF engrosó sus arcas. La compañía tuvo el barco retenido tres meses en Rotterdam, pues los remolcadores, prácticos y amarradores no lo sacaban, solo con un cambio de nombre, de compañía (mediante una venta ficticia) y de bandera, pudo volver a navegar el "Dorado".

Mi permanencia en el Dorado me dio, además de algunas amistades y bastantes enemistades, la convicción de que la belleza del mar, el gusto por conocer gentes y catar licores queda enturbiado por la incapacidad humana de vivir sin explotar, maltratar o joder en sus diversas formas a quien solo quiere vivir. Es por eso que el día que desembarqué en Rostock decidí no volver a la mercante. Los deshechos humanos somos como algunos seres del bosque, solo podemos sobrevivir divirtiéndonos. A veces hasta trabajamos.

sábado, 6 de febrero de 2010

Liberiano"DORADO". Marinos españoles en el extranjero.

Foto: Tomada por fotógrafo ambulante que luego venía a venderlas a bordo. Es el momento del fondeo en Río Grande do Sul.

Era un bulk-carrier de 68.000 Toneladas, 230 metros de eslora y treinta y cinco de manga. Eran barcos que transportaban carga a granel, este tenía ocho bodegas y entre la número siete y la número ocho tenía una piscina de agua salada de diez por cuatro metros.
Fue el primer barco extranjero en que navegué con tripulación exclusivamente española. Don José, el Capitán, era un aldeano avaricioso, con aires de nuevo rico, inculto y ladrón. Formaba parte de una fauna marítima que yo ya había olvidado. Se rodeó de una cuadrilla de aduladores, que vivían del barco como si fuese una canonjía. La compra de víveres, de combustibles, de repuestos era un negocio lucrativo que la compañía radicada en Endem (Alemania federal) consentía, porque las mermas iban mayoritariamente a cuenta de los tripulantes. El Jefe de Máquinas y el Capitán descontaban el pago de horas extraordinarias a quienes las hacían, abonándole una parte a los más cretinos y aduladores, que no las trabajaban y quedaban muy agradecidos y dejando la otra en las arcas del armador. Mi llegada al barco fue observada con interés.
Embarqué en Santos (Brasil), después de una desgarradora despedida de mi joven esposa y de mi hijo de año y medio. Acababa de comprar un piso, debía dinero y no podía retrasar más mi partida. Una emoción fortísima me invadió durante todo el trayecto entre Vilanova de Arousa y el aeropuerto de Santiago. Fui cagándome en el capitalismo, en la pobreza de mi país, en la exportación de seres humanos desde Santiago a Sao Paulo y mis reflexiones eran cada vez más y más radicales.
No viajaba con maletas. Transportaba mis pocos enseres en una mochila de color naranja con bastidor de aluminio. Los libros los compraba en donde me encontraba, así como alguna ropa. Eso aparte de darme cierta facilidad para la traducción en varios idiomas, contribuía a que mi aspecto fuese como poco, exótico. Opté por hacer el viaje desde Sao Paulo a Santos en autobús y se me pasó la mala hostia. Los naturales son afables, educados y bellos. Desde la estación de autobuses de Santos al muelle había un paseo. Llegué a media mañana con mi mochila y una chilaba del "marchè au puces", que me había regalado una exiliada cultural. Mi barba y mi atuendo llamó la atención de un joven tercer Maquinista, Manolo M.C. que recuerda aquellos días como muy intensos. Según me contó ayer al reencontramos, al verme tuvo un pálpito y dijo: "Este pra mín".
Desde mi punto de vista Manolo era la única persona interesante del "Dorado". Le distinguía un punto teatral y alegre que manifestaba a bordo y en actividades culturales como borracheras, cabarets y prostíbulos, que tanto contribuyeron a nuestra formación como deshechos humanos.
Llegamos a Bahía Blanca (Argentina), donde casualmente Marco encontró a su mamá, cuando unos militares patrióticos dieron un golpe de Estado, retirando del poder a los también patrióticos Isabelita Perón y su gurú. Mi aspecto y mi acento hacían que personas normalmente discretas se explayasen conmigo. El del kiosko de la prensa, un viejo gallego, me dijo: Estos hijos de puta están matando a lo mejor de nuestra juventud. El camarero que me sirvió en el restaurante era un profesor de la Universidad del Río de la Plata escondido. Ya habían ido a buscarle a su casa, días después de que su esposa, sus hijos y él, cada uno por su lado buscasen refugio al amparo de amistades familiares. Espero que el joven profesor no esté en las listas de desaparecidos. Era divertido y encantador hasta en la desgracia. Cuando ya no había nadie en el local y me contaba su reciente fuga, le pedí la cuenta para invitarle a tomar algo fuera, lo que por seguridad declinó.
-Y, ¿ Cuanto te debo?
-Un botón de tu saco.
Con el cuchillo del asado corté un botón y se lo entregué.
Al día siguiente volví a cenar al mismo lugar con alguien del barco, tal vez Manolo o Miguelito, otro joven maquinista muy agradable.
En su trajín, el camarero guiñándome un ojo saco la billetera y en ella llevaba prendido mi botón.
Una noche salí con Manolo de copas y acabamos en un cabaré. Todo el mundo fue muy amable. Yo estaba anticapitalista e hice aviones con el dinero que llevaba encima. Manolo había desaparecido y pedí a un camarero ya mayor que me ofreciese su brazo para apoyar mi juventud destrozada.
-Como no, señor. Me dijo.
Me apoyé en su brazo hasta la salida y busqué un lugar limpio de la acera para meditar una hora. Me levanté de mi meditación y todavía algo aturdido caminé en la dirección que suponía el mar, que allí me oriento.
Un vehículo con un hombre y dos mujeres paró a mi lado.
- Disculpe, ¿estabas vos en el cabaré? ¿Querés que te llevemos a algún lado?.
Subí, les dí las gracias y me llevaron al muelle donde cargábamos 60.000 Toneladas de trigo.
Hubo un incidente con los militares que rodeaban el muelle y el hombre me deslizó una tarjeta en el bolsillo, su nombre y un teléfono. Al día siguiente les llamé para darles las gracias y comprobar que estaban bien. Cuando los militares me escoltaron al barco la cosa pintaba mal para ellos. Estaban siendo cacheados.
Al día siguiente Manolo y yo nos contábamos nuestras aventuras en una merienda campestre. Esto era poner un mantel de cuadros en el suelo de mi camarote y ponerse ciego a whiskys. A veces no había mantel. Whisky siempre.
Manolo había tenido bronca esa mañana con el Capitán que con los nueve meses de contrato vencidos, pretendía no desembarcarlo hasta llegar a Europa. Él quería pasarse por Buenos Aires para visitar a unos socios de su padre. Amenazaba con sufrir una crisis nerviosa si no desembarcaba. Estaba contándolo cuando llamaron a la puerta.
-¡Adelante!.
Entró el Capitán. Venía con documentación para que hiciese la liquidación de Manolo. Cuando acabó de explicarme los particulares, de pie apoyándonos en el escritorio, se volvió a Manolo que seguía sentado en el suelo. La botella de Johny Walker negra y los vasos con hielo sobre el mantelito de cuadros ante él:
- Le veo bien, yo estaba a punto de pedir que lo evacuasen en ambulancia....
- Mire Capitán: Cada un fai uso dos medios que ten o seu alcance!*. *Cada uno hace uso de los medios que tiene a su alcance. (Original Galician)
Dijo, levantando el vaso, como si brindase....

martes, 2 de febrero de 2010

FAROS DE CIES. El Personal.

Foto: Vivir Galicia


Poldo.- Leopoldo Costas Gómez.- Cuando empecé a escribir estas historias, escarbé en la memoria y lo busqué en la guía. Ya no sale. Lo busqué en San Google y me salió su esquela. Murió de cáncer en septiembre. Es lo que tiene ser un desastre, nunca te da tiempo a dar las gracias a los amigos. Se las dí a su hija.

Era Diciembre (de 1982?). Habíamos terminado de montar las chapas de la cúpula del faro, amarrándolas para que los pesados sectores esféricos de cobre no saliesen volando. Los cristales curvos de la linterna estaban colocados y solo nos quedaba el forro interior. En los días de navidad nos acercábamos con el balizador "Rías Bajas" a las islas para ir montando los forros.

Foto: izquierda el que suscribe, Pepe García Carro (Mecánico de Faros) . Miguel Pérez Gómez (Patrón del Buque Balizador "Rias Bajas"). Leopoldo Costas Gómez (Conductor, excelente mecánico y ayuda inestimable).
Julio Vilches Peña, Torrero en el Faro de Sálvora, vino acompañado de una valiente barcelonesa, Montse, y decidieron aventurarse a las islas en invierno. Recorrieron la Illa do Medio, su castro pre-romano, el Faro de Freu da Porta, o del Príncipe, la playa del Chuco y las dos pequeñas calas cubiertas de basura, que un incendio posterior disimuló. Mientras; Pepe, Leopoldo y yo montábamos en un ejercicio circense los forros interiores de la cúpula. El único sitio donde se podía estar era la linterna del Faro. En cualquier otro sitio un norte helador te dejaba tieso. Cuando Julio y Montse llegaron, atrancamos las puertas y subimos a comer a la linterna. Sus 2,25 m. de diámetro y el espacio de la escalera de acceso, nos hacían estar muy apretados. la comida estaba en sus tarteras al lado de la trampa. Sentados en el suelo, con el sol de los curvos cristales de la linterna hacía una temperatura muy agradable, Julio se movió y Leopoldo bramó:
-¡Oiga! que se está sentando en el turrón blando.
El aviso sonó como una alerta de naufragio. Julio, con su voz dulce de confesor, y con la calma que solo viene de la filosofía, en tono tenue, muy dulce, sentado sobre el turrón contestó:
-Lo siento, pero en todo caso es un asiento de lujo ¿No cree usted?.

La creación de los Servicios de Costas y una brutal reconversión industrial hicieron que al balizamiento entrase sangre nueva. Contratos de un mes para obreros del INEM. Las características del trabajo imponían una doble aceptación. Y la gente no se jugaba la vida para ganar lo mismo que en el paro y con menos categoría laboral que en su último empleo. Al final vino gente encontrada por los bares que era más divertida que los parados al uso. Cuando los vio Pepe García me miró con pena y dijo:
-No se preocupe, aunque jubilado seguiré viniendo por el almacén. Le contesté que siempre sería bienvenido, pero que no era la cuestión.

Cada uno de los nuevos peones era una novela en si mismo.

El Canario.- No pongo su nombre pues no tuve tiempo de pedirle permiso para mencionarlo. Lo había conocido como Marinero de Segunda en el "Santa Ursula", un carguero de Singapur. Se hizo famoso a bordo por los desastres que provocaba cuando pasaba por un trabajo. Buscaba disculpas para un anticipo, para no aparecer por el barco...Era el único del barco que no hablaba gallego ni inglés, incluyo en el colectivo a los oficiales polacos, al Capitán alemán, a dos oficiales negros de Ghana, que decían que eran de Aguiño (Ajiño), o Portonovo, o Canjas según se terciase.
Cuando empezó a trabajar en el Servicio, me acompañaba a las visitas a las balizas de los muelles. Observé que algunos guardamuelles se reían cuando pasábamos. Un día no pude más y me acerqué al guardamuelles al que conocía y se descojonaba de risa:

-¿Que coño pasa?, que siempre que os veo estáis riendo...
-Es el que va con usted. Que el invierno pasado lo sacamos del agua, a él y a la parienta...
-¡Ah!, creí que era por otra cosa...

De vuelta al Land-Rover.
-Canario, explícame lo de bañarse en el muelle...
-Pues que cuando empezaba a salir con esta, vinimos aquí a la escollera, con el triquitraca debimos sacarle la marcha, porque el seiscientos no tenía freno de mano y se fue hacia atrás. Yo salí del coche desde dos metros de fondo, pero era noche y no la veía, los pescadores avisaron a los guardamuelles y cuando bajé la saqué por el abrigo de piel, que era lo único que llevaba puesto.
Se casó con ella. Un día me llamó furiosa a casa (faro):
-Así que dejas abandonado en una baliza toda la noche al pobre Canario y ni siquiera te tomas la molestia de avisarme, si hay mal tiempo y no lo podeis embarcar, lo menos es avisar.

-Perdona fulanita, pero perdí la agenda e intenté localizar tu casa y no encontré el portal.
Nunca me volvió a hablar con simpatía. Espero que no me lea.

Marcial.- Cuando Poldo se jubiló me mandaron a Marcial, estuvo un año conmigo. (3er. Grado)

-Mera, acaba de arreglar ese faro de una puta vez que son las seis, tengo que estar en la Avenida de Madrid (Cárcel) a las ocho y aún tengo que llevar a las mujeres a trabajar a Porriño, para que abran el bar...
-¿Tienes un bar?
-Una barra americana.
-¡Joder! Pero eso es muy feo, hombre. Tener que mantener a raya a los empleados/as y currar a empleados y clientes cuando se pasan, es un horror...
-Pues es la ilusión de mi vida ¡Tener una barra americana!
Foto: Pedro y el Mera en pose. Almacén del Arenal en Vigo.

 Pedro.- Nació sin paladar y con labio leporino. El día que le pregunté como se llamaba respondió:
-Io fzoy Pfedro, pvero me iaman el Malhablado.

Moro.- Empezó porque cuando Joaquín el dueño del burro Feliciano se fue a la Mili y el que le sustituyó se fue a pescar a la Malvinas, no tenía el Servicio locos con la suficiente determinación para saltar a una boya con mal tiempo. Una mañana de domingo estaba en Cíes, en el muelle del Estado, con el balandro. Dos niños y un gigante barbudo en el muelle.
-Mira , ¡Un pulpo!, dice un niño, señalando.

Foto: El Moro con el Cid, Venía a casa a buscar compañía. El del anorak azul debo ser yo.

El gigante barbudo da un salto de cuatro metros de muelle, bucea cinco hasta el fondo y sale con un pulpo de tres kilos en la mano.
-¿En que curras?
-Tengo un taller de metacrilato, pero voy a cerrar, que me va mal...
-¿Quieres trabajar en los faros?
Sigue allí. Tenía un cuerpo proporcionado a su capacidad de comer y de beber. Un aljibe. Las chichas empezaban a salirle por la banda.
Pedro: Oye, Moro, con tu cuerpo y con mi cara...

Moro:¡ Hacíamos un monstruo cojonudo!.

Todos los días había un motivo de risa, el servicio funcionaba correctamente, los tres que no tenían carné de conducir lo sacaron, pagando las clases con dinero de una venta de chatarra del servicio. Al Estado le vino bien, dos están conduciendo vehículos oficiales con diversos jerifaltes y lo más curioso, nunca nos pasó nada.

sábado, 9 de enero de 2010

CONVENCION INTERNACIONAL DE LOS DERECHOS HUMANOS. Discusión.

El que suscribe creía hasta hace relativamente poco que la estupidez era cualidad inherente a los individuos. Desde este momento me adhiero a la teoría que es una característica social. Como observador, desde la altura de miras que me caracteriza (8 metros del suelo al tejado) dispongo de sistemas que me dan un criterio eficaz cuando velo y me pagan por velar aunque a veces me duerma o lo haga en estado de inconsciencia o embriaguez.

Según las teorías al uso, los borrachos, los niños y los idiotas siempre decimos la verdad. Es por ello que no nos admiten en los juicios como testigos. Una teoría social, no jurídica, por lo que se ve. Mis tres personalidades han participado brillantemente en una tertulia donde se trataron los tres temas que se enlazan.

Iris Robinson.- http://www.guardian.co.uk/uk/2010/jan/06/peter-robinson-iris-robinson-affair Esposa del primer ministro de la provincia de Irlanda del Norte (Reino Unido). Fue muy comentada su calificación de los homosexuales como enfermos curables mediante siquiatría. Según la foto de "The Guardian" está rica para su edad (60). Se encaprichó con un joven de 19 años, que el periódico conservador califica de hombre de negocios. Investigan el uso de su condición de concejala y diputada del Ulster para que a su amorcito se le diese licencia de apertura de un local. Le proporcionó al joven dos cheques por un total de 50.000 libras que no tienen un origen claro.

Mi santa esgrime en la tertulia que el escándalo se ha vuelto internacional por machismo y cotilleo. Si el marido sesentón de una primera ministra del Ulster, vamos de una Presidenta de diputación de aquí, emplease su condición de concejal, diputado y consorte en agradecer los favores sexuales de una veinteañera, sería un generoso campeón. Mitterrand iba a dormir una vez a la semana a casa de su amante oficial, escoltado, todo el mundo lo sabía y nunca se mencionó más que para cumplimentar y reconocer a la hija de ambos socialmente. Multitud de alumnas se enamoran y casan con los profesores, cuando es al revés: "Es un niñato, te va a dejar, eres una corruptora de menores... etc". Estoy de acuerdo, como casi siempre.

FONDOS DE COOPERACION DEL MINISTERIO DE EXTERIORES.

Manolo, el otro tertuliano del observatorio social del tejado, expuso: "todo es una mierda, están gilipollas los puritanos protestantes anglosajones, que no saben donde se paran, que pasa si se tira al joven, es mayor de edad, tiene la sexualidad despierta desde los trece, y si paga con dinero público los favores, que la metan en el talego. Aquí también pagamos con dinero público no se que favores, mira: http://www.boe.es/boe/dias/2009/08/13/pdfs/BOE-A-2009-13413.pdf "

Quedé horrorizado. Primero, por la simpática justificación del gasto. Pasas veinticinco folios y venga subvención y libramiento de Hacienda. No hay que estudiar el estado de los derechos de las minorías, hay que respetarlos y hacerlos respetar. Y pierden derechos cuando no cumplen deberes, no tienes derecho a casa y alimento si no la has hincado nunca. Cada uno puede usar su sexo según tenga bien, mientras no sea obligatorio para acceder a cargos públicos. No tienes derecho a cubrir las necesidades de tus amigos si tus hijos están muertos de hambre. Y el Gobierno sin enterarse, o sí. Se ha enterado de que somos gilipollas, que vamos a defender los derechos a la igualdad de los Gays y Lesbianas de Zimbawe, (tiene cojones) con una tontería de 29.000 €. Os pongo la página de los Gays y Lesbianas de Zimbawe http://www.galz.co.zw/aboutus.php, para que veáis cuantos niños van a aprender a leer allí gracias a nuestra pasta. Estas personas se autoproclaman "Originariamente, club social de Profesionales de Clase Media, con aspiración de universalidad" . Si estos ciudadanos quieren ser homos que lo sean, pero que sepan leer aunque no sean "profesionales de clase media". Mientras, aquí decenas de sin techo mueren de frio. Leer, comer, dormir a cubierto son prioridades, igualdad de derechos son prioridades, el estudio de la igualdad de derechos de los gitanos, los ingenieros sin fronteras, etc. no parecen una prioridad, parecen un estudio y diez mil euros una pasta. La tertulia concluye con que Moratinos es divertido, como Ansar o así.

Mientras los juzgados y las inmobiliarias dejan sin techo a familias que ya lo han pagado, el Estado y algún sinvergüenza de la patronal le dejan sin empleo adeudándole seis meses de salario, o le dan cuatrocientos euros para ir tirando. Grupo A nivel 26 en Madrid solo de complemento específico 29.000€ anuales, mas sueldo, antiguedad y complemento de destino (Mismo Boe de 13 de Agosto). Grupo C2 en Australia, complemento específico 5000€, sueldo, extras y antiguedad 1/3 del grupo A. Sociedad igualitaria socialista. Y estos son los mejor parados.

Van seis golfos y ocupan tu casa mientras estás de vacaciones. La potente maquinaria judicial tarda un año en autorizarte a que la recuperes, aunque lleve seis meses vacía. Pones en tu página web el disco de Ramoncín y aún no le pagaste y tardarán según dicen cuatro días en cerrártela por orden judicial.

jueves, 24 de diciembre de 2009

FARO DE MONTEFARO.Gustav Dalen (Cont.I)

Foto.- http://unamiradaalariadevigo.blogspot.com/

El trabajo del Balizamiento.

Para los no náuticos un Balizamiento es el conjunto de Señales, luminosas, acústicas y radioeléctricas que permiten una navegación más segura en un espacio predeterminado. Hay una parte de proyecto, que en España se va haciendo según se producen los naufragios, una parte de instalación, que depende quien la haga y quien la supervise, puede estar bien o mal hecha y una parte de mantenimiento que dirigían altas instancias y trabajábamos unos cuantos indocumentados, a veces con jornadas extenuantes y con medios poco menos que inventados.

Cuando se resolvió el concurso para proveer las vacantes me quedé muy sorprendido que me diesen la plaza de Vigo, acababa de ingresar en el Cuerpo y en aquella época los sindicatos aún no estaban en las Juntas de Personal para atribuir méritos. Descubrí enseguida por qué nadie más antiguo había pedido la plaza. Porque era un curre, cincuenta y cinco señales distribuidas por toda la ría: unos cien kilometros de costa. La vivienda había sido disminuída por un acuerdo entre el Ingeniero de Obras de la Junta del Puerto y el contratista en 26 metros cuadrados. Parece un transformador eléctrico. Se ubica en terrenos del Radiofaro de Cabo Estay y el Encargado del Radiofaro había asegurado que no dispondría de agua ni luz, pues no había para todos. El día que vino el Inspector de Patrimonio a recibir la obra, le preguntaba, encantado, al que se había embolsado por lo menos 13 m2, mientras miraba el proyecto donde estaba con 98m2, en vez de los 72m2 construidos:

-¿ Pero que maravilla hiciste aqui Fulaniño, y cuanto dices que costó esta preciosidad?.

-Tres millones, se amplió el presupuesto en medio millón por una oferta del contratista para hacer el porche... (1982).

El porche hacía perder más superficie ocupada. Se hizo quitándole espacio a la sala.

A la vista de eso me callé, en aquel momento mi situación era débil, tenía un niño pequeño, estaba a punto de separarme y dependía orgánicamente del elemento...

Como no todo podía ser negativo, en el servicio había un operario que sabía mucho, de todo lo que estaba incluido en mis funciones y por supuesto las suyas. Había además un chófer que conducía los vehículos que "voluntariamente" cedía la Junta del Puerto. Ambos pertenecían a la plantilla del puerto. Mi aspecto no les gustó, mi barba, mi atuendo y mi descojonarme de todo no les debió resultar nada tranquilizador... Ellos a mi si me gustaron. Vi que dentro de la miseria de medios de que disponían, a pesar de la incompencia o dejadez de sus superiores todo estaba limpio, ordenado, y con un mantenimiento que merecía mejores salarios.

Mi trabajo anterior en la Marina mercante no me servía de mucho, mi formacion de telecomunicaciones y electrónica no servía para nada en medio de tanto equipo sueco de gas anterior a la segunda guerra mundial. Pero sirvió para conocer a la gente y saber estar entre las aguas turbias de algunos ingenieros de caminos y el esfuerzo denodado y limpio de los pocos colaboradores de que disponía el servicio. Merecen recuerdo José García Carro y Leopoldo Costas Gómez.

Pepe García había sido fogonero del "Ramiro Pascual" y cuando vino el primer barco de motor al servicio se quedó en tierra como ayudante del Torrero de faros titular, Sr. Adell. Ya muy viejo y desgastado, Adell se dedicaba a la pintura al oleo y a joder en lo que podía a los ingenieros, reclamandoles el derecho a caballería, que reglamentariamente le correspondía y presentando los recibos de alquiler de un caballo de Cangas a Cabo Home y vuelta. Por supuesto, ese servicio lo hacía Pepe en bicicleta. El pobre Adell aquejado de terribles dolores reumáticos no podía ni sonarse. Pero su caligrafía impecable se mantuvo reclamando las "dietas y viáticos" reglamentariamente establecidos y debidamente justificados hasta el día de su muerte. Pepe sabía arreglar todos los equipos de gas y una máquina de coser o escribir, ajustar cualquier arma o arreglar un reloj de oro. A sus sesenta años era un atleta y se colgaba de los aros protectores de las boyas cabeza abajo en medio de un temporal. Competíamos en velocidad modalidad 1000m. roca a través en los acantilados de Cíes y me ganaba siempre. Yo no había cumplido los treinta. Llegué a adorarlo. Siempre disciplinado y respetuoso. El día de que me hice cargo del servicio le pedí que retirase los dos cuadros con retratos de Franco marítimo (vestido de Almirante) del despacho del almacén, no le gustó:

- A min non me estorban. E o Director tamén ten un.

-A min si.

Desaparecieron los retratos y no se volvió a hablar del tema.

Poco a poco sus informaciones me ayudaron a ir sacando partido a los medios que fuí consiguiendo en reiteradas peleas con todo el mundo. Trasladé el despacho de Señales Marítimas en las Oficinas del puerto, al viejo almacén. Forramos la oficina en madera. Construimos una fragua, conseguimos una soldadura eléctrica y una autógena, un polímetro, un medidor de aislamientos y dos tomos de "Tecnología mecánica". "Xa está Mera coa Macánica Popular" decía Leopoldo, el chofer. "Poldo" había empezado a trabajar en el puerto de aprendiz a los doce años. Era buen mecánico y conocía a todo Vigo. Si se necesitaba un motor, lo cambiaba por chatarra en un desguace, buscaba las piezas para repararlo y se ponía a ello. Me presentó a todos los comerciantes que podías ir y decir:

-Quiero hacer esto.

-Para eso necesita usted, esto, esto y esto.

-¿Puede pasarle la factura a la Jefatura de Costas?

-¿Cuanto tardan en pagar?

-Entre seis meses y un año....

-Vale, pero no me pida comisión...

-????!!!

-¡De que se extraña? Aquí todo el mundo la pide...

-Descuéntela en la factura.

Leopoldo Costas y Pepe García Carro se turnaron conmigo para montar la actual linterna del faro de Montefaro en las Cies. Apretamos por turnos subidos en la cúpula miles de tornillos. Es una linterna de la Maquinista Valenciana de 2.50 m. de diámetro que llevaba quince años en el almacén y que el personal del Centro Técnico de Señales Marítimas de Alcobendas no montó "por mal tiempo". La montamos y procedimos al montaje del sistema de iluminación por gas y optica giratoria. Al tipo que lo inventó le dieron el Nóbel de Física.

El Ingeniero Autor del Proyecto de Reforma y sus asesores habían olvidado incluir una pieza, por lo que el haz de luz, saldría de la cúpula y no se podría ver. La linterna tuvo que ser elevada, sin necesidad de desmontarla, 40 cmts. Se hizo mediante gatos hidraúlicos, y se rellenó con hormigón el espacio que faltaba. C. M., el ingeniero que había mandado tirar la construcción de las habitaciones del faro, despues de contratar una construcción de piedra para usarla como cantina- y ordenó tirar la piedra sobrante por el acantilado, operación que paré el día de mi toma de posesión, amenazando con contarlo a la prensa, lo que hoy no hubiese funcionado-, me preguntó si creía que me pagaban para corregir sus proyectos, le contesté que a los muertos de hambre solo nos pagaban para echarnos la culpa cuando sus proyectos resultaban una mierda y palmaba alguien. Como siempre, haciendo amigos...

Al cabo de un año, la Dirección general de Puertos y Sañales Marítimas pasó a llamarse de Puertos y Costas, con Jefaturas provinciales. Enrique Disdier, el Jefe de Pontevedra se hizo cargo de un equipo variable, pero como había dirigido el Servicio de faros en el Puerto de Vigo y se llevaba a matar con el "stablishment" me tomó bajo su protección y durante el tiempo que permanecí en el Servicio no faltó de nada, ni medios ni personal. Incurriendo todos nosotros en irregularidades necesarias para sortear los olvidos administrativos en la Ley de Presupuestos. Aquellas irregularidades serían esgrimidas hoy como malversación de fondos públicos. Fueron aprovechadas entonces por algunos para forrarse. Estoy seguro que los que servíamos los faros en la zona por entonces, fuimos honestos aunque ilegales.

Mi incorporación al Servicio de Señales Marítimas y la provisión de medios por parte de la Jefatura de Costas de Pontevedra me dio la oportunidad de conocer tecnologías hoy obsoletas pero ecológicas, eficaces y maravillosas. Muchas de ellas estan protegidas por patentes del Premio Nobel de Física de 1912 Gustav Dalen, que produjo y lo que es mejor, comercializó, mas de cien patentes, alumbrando por sus procedimientos faros y boyas de todo el mundo hasta la actualidad.

El carburo.- El alumbrado por carburo de calcio se viene usando desde el S. XIX para alumbrado público y luces portátiles. El gas se obtiene mediante un gasógeno o mediante el vertido de agua sobre una piedra del mineral obtenido por fusion de cal y carbon. De la mezcla se obtiene oxigeno (p.e. Oxigeno sanitario) y gas acetileno. Este es inflamable y explosivo espontaneamente en proporción de oxígeno de 2/5. Produce una llama blanca facilmente manipulable, que puesta en foco de una lente Fresnell de 500 mm. de diámetro puede dar treinta millas de alcance con solo 35 litros de gas por hora.


Gustav Dalen.- Antiguo granjero autodidacta se formó de adulto como ingeniero. Fué capaz de producir y comercializar gas acetileno "empaquetado". Sus gasógenos producían oxígeno y acetileno en botellas de 3000 y 7000 lts. Naturalmente antes tuvo que buscar un método de estabilizar el gas. Lo consiguió disolviendo el gas en acetona y para que la mezcla resultase estable construyó botellas de acero de 1.70m por 30 cm. de diámetro que contenían una masa porosa no soluble, una vez metido el gás a presión de unos 15 kg/cm2 a 20º C las botellas pueden ser transportadas para su uso. Fundó la compañía AGA, que fabricaba y comercializaba sus patentes: Reguladores de presión,mediante resortes y diafragmas de cuero, filtros de amianto, quemadores de esteatita, camisas de seda tratada con metal para producir incandescencia (los camping-gas), cambiadores de camisa para que el faro mediante un mecanismo de relojería cambiase automáticamente la camisa cuando una estuviese deteriorada. Valvulas solares que apagaban el faro cuando había luz solar, mediante la dilatación de un metal que cerraba el paso de gas, dejando solo el necesario para la llama piloto. En 1909, en una demostración de las botellas con fuego abierto, una de ellas explotó, hirió al coronel del ejército sueco que presenciaba la operación y dejó ciego a Dalen, que apesar de ello continuó produciendo patentes maravillosas, ayudado por su familia hasta su muerte.


En el Faro de Montefaro se utilizó este sistema. Una optica girando sobre una cazoleta de mercurio para impedír que se fugase el gas del quemador, recibía su impulso del movimiento oscilante vertical de un diafragma del regulador de presión, que se trasformaba en movimiento giratorio mediante un embrague de fricción. Este movimiento era el que hacía que el las cuatro paneles de lentes Fresnel, en maravilloso cristal de roca, tallado y pulido, montado en soportes de bronce diesen dos destellos de medio segundo cada doce segundos. Con doce botellas de acetileno el faro funcionaba seis meses, más o menos.

Una vez puesto en servicio se procedió al desmontaje de la torre provisional, un contratista se encargó de pavimentar una parte del recinto con las piedras que pude salvar del acantilado y las piezas de cornisa tallada se colocaron como bancos con la talla hacia arriba, para que su forma curva revele a los visitantes avispados que hubo una vez una casa de farero con cornisas talladas en granito.

Mi aprendizaje en la cuestión fue rápido gracias a los archivos olvidados en cajones, donde estaban todos los esquemas de Dalen, en inglés y alguno en castellano y a la práctica autodidacta, pero inteligente y de muchas horas no pagadas del Peón del Balizamiento D. José García Carro, que siguió apoyandome hasta mi cambio de destino, cuando ya estaba jubilado.


Eran tiempos de contrasentidos. Estanislao Rodriguez de la Cigoña, del patronato del Parque, quería poner comederos a las gaviotas. Las autoridades de ICONA (Instituto para la conservación de la Naturaleza, Saiz de Miera, Ingeniero Conservador) tiraban la basura de dos mil visitantes descargandola con un tractor al borde del acantilado. Unas ratas gigantescas se comian huevos de ave, gazapos y lo que se pusiera por delante. El mismo conservador impidió que sacásemos arenisca de la jabrera tradicional para reparar los caminos y tuvimos que llevarla en barco desde tierra. Simultaneamente el camino frente a la casa forestal fue empedrado con las piedras de un cenobio del siglo XII, documentado pero sin catalogar, que se encontraba en la vaguada da Pedra da Campá. De esta y otras absurdas historias seguiré contando. Aunque el proximo capítulo será más del personal.

Próximo y último capítulo. Personal de Faros en las Cíes.
"Y yo me digo para mi mismo, pero Señor, ¿Por qué seremos tan malos?"
J. García Carro, cuando nos destrozaban un faro a pedradas. Decenas de veces al año.