Como soy mayor hice la vuelta a España en coche. La bici me queda un poco grande. Fuimos desde Pontevedra a Valencia a comer con mis amiguitos de la Escuela de Náutica, unos expertos en comunicaciones marítimas de la Edad de Piedra. Las autovías están repletas de retama en flor. Encuentro con Regina, la Reina del "Celina" en su pueblo de Madrid, visita a las fotos de Miguel http://madridfotoafoto.blogspot.com , que cargan de acerbo histórico la belleza de la capital.
Valencia a Cádiz, por Lorca. En Cádiz visita a Joaquín y Fátima y al burro Feliciano, seguro que le hablaron de mí que me sigue tratando con cariño.
En Cádiz confirmé que mi instinto me engaña poco, conocí la especial sensibilidad, señorío y belleza de Irene la creadora de Íntimo. Una visita de dos horas a veces es mucho lo que aporta y deja el deseo de más.
Comida con la saga Martínez en Marbella, dos días de divertida vida familiar, recogimos a Oscar e hicimos la vuelta por la Ruta de la Plata.
Visita a Hervás, que sorprende por su belleza y conservación, desde la Hospedería de Peregrinos, convertida en Hotel de cuatro estrellas, con una restauración impecable, hasta el BAR LAS FLORES, que imagino es la única tasca-librería de España. Cuando entré con mi sobrino Oscar de once años, me sorprendieron la calidad y variedad de los títulos en los anaqueles y el atractivo de la dama pecosa que atendía los pedidos:
-Un café con leche y dos fotocopias.
Un bar-librería es la solución ideal para mantener un comercio de libros en este país; me parece una idea genial. Los bibliófilos padecemos de esta filia posiblemente por algún fallo renal consecuencia de nuestros abusos del alcohol.
En fin, todo el pueblo es una maravilla y deja ganas de volver.
Hoy vuelvo a mis tejados.
Las fotos son de Oscar Martínez Lorente.
Al precio de la gasolina, hacer un viaje así se ha convertido en un verdadero lujo. El blog de Miguel es una maravilla, como se documenta el tio, y las fotos tan buenas que cuelga.
ResponderEliminarSe le echaba de menos, marinero.
Bienvenido Farero!
ResponderEliminarQué linda experiencia. Además tuviste la suerte de conocer a Irene. Me alegro mucho!
Un beso,
Podías haber entrado un poco más en tierra firme hasta llegar a Córdoba.
ResponderEliminarAllí vive la lunática, osea yo.
Te sigo farero, pero bien calladita, para no molestar a la concurrencia.
Recuerdo a Feliciano con mucho cariño. A veces me gustan más los animales que las personas, no es cuestión de parafilias, sino de corazón.
Suerte has tenido de conocer a Irene.
Besos
Gracias, farero
ResponderEliminarEres como escribes
Me encantó conocerte
Besos
Supongo que secarías un poco la humedad gallega. Buen viaje y grandes compañías. Envidia cochina me da.
ResponderEliminarFuerte abrazo.
Alberto.- Lo de Miguel para mi es un descubrimiento, casi una devoción. Gracias, yo tambien os extrañé.
ResponderEliminarSylvita.- Gracias, desconocida.
Carmen.- Me encantan las lunáticas. Pero esta vez venía un poco apretado el desvío. Será un placer.
Fermina.- Eres un lujo, al conocerte, más.
Instigador.- Le tenía ganas al viaje. En Galicia, las humedades son relativas, no se secan, se disfrutan.
Bienvenido a tus tejados loco.
ResponderEliminarMenudo periplo que hicísteis, con el calor que haría por ahí abajo.
Gusto en leerte de nuevo.
Chau y saludos a la tenista.
Mecos
Viajar es imprescindible y la sed de viaje, un síntoma neto de inteligencia.
ResponderEliminarUn saludo! Bienvenido.
Desde luego, que a esto le llamo yo un buen recorrido. No sólo geográfico...sino también emocional.
ResponderEliminarAsí puedes volver a tus nubes cargadito de pilas internas.
Ya teníamos ganas de saber de ti.
Besos.
Puri.- Es lo que tiene ser descenciente de algun moro vendedor de alfombras, enseguida estás listo para cambiar de aires, bueno a lo mejor era judío el vendedor, que tambien viajaban bastante. Cambié el clima y puse unas cuantas tormentas, para refrescar, un beso.
ResponderEliminarAlberto.- Si los viajes y el conocimeiento de idiomas sirve para muchas cosas. Cuando era joven hasta ligaba, saludos.
Tamara.- Mis abuelos no eran ricos, lloviese, tronase, estallase la guerra civil, se iban de casa quince dias, normal. Tenían siete hijas como siete soles a la greña, yo no hubiese vuelto. Gracias por venir. Un abrazo.
¡Un marinero en coche! ¡Toma ya!
ResponderEliminarBueno, espero que sea meramente accidental.
Yo te veo más sobre las aguas. Quizás es un cliché.
Un abrazo, paisa.
Codorniú.- Nadie tiene un cliché, todos somos casualidad, o causalidad, no se muy bien. En todo caso estoy haciéndole una reparación potente al balandro que tengo en estos momentos, por si después de tanta albañilería, aun me queda algo acuático. Mi velero actual se llama "Biniazar", que en buena ortografía sería "hijo de la fortuna", el nombre ya lo traía puesto. Un abrazo, tabernero del lentisco.
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