Salvo mis cortas etapas como marinero en el "Chiquita 2º" debo decir que mis estancias en pesqueros, como tripulante, no son de grato recuerdo.
Al desembarcar del "Montserrat" deseaba conocer una vida más dura y un servicio que me diese más experiencia. El día de mi desembarco encontré en el muelle de Vigo a Faustino Lorenzo Rial, un telegrafista de Combarro con el que había compartido vinos en la Coruña, se desembarcaba de un pesquero que estaba en reparación procedente de Sudáfrica. El Oficial de Radio era de la plantilla de una empresa intervenida por el Estado, "Hispano Radiomarítima S.A." Aquella empresa alquilaba los equipos a las navieras y con ellos los servicios del Telegrafista. Firmé el contrato con Hispano y me presenté en el barco.
Era el primer arrastrero por popa construido en España y el más grande 1.700 T.N., era relativamente nuevo . "S.E. el Jefe del Estado dió el primer lance en Vigo el xx/xx/xxxx". Estaba escrito en una placa en el comedor de oficiales. Todo el mundo, excepto el practicante, era joven. Con veinte años recién cumplidos era yo el Oficial de menor edad.
Un repaso a la telegrafía reveló que los repuestos de los equipos eran insuficientes, y como exponente de herramientas se encontraban en un cajón un martillo y un polímetro quemado. Estaban acompañados de un destornillador y un soldador gigantescos.
Lo comuniqué al Inspector de la compañía y no me hicieron ni puto caso. Las baterías de socorro tenían cinco años de servicio como mínimo. Aquellas si que eran buenas baterías.
Navegaban como Capitán y Segundo Oficial dos hermanos Fernández Tapias. Habían obtenido el Título de Capitán de Pesca recientemente y procedían de la Mercante. El capitán anterior, al parecer un personaje, había fallecido a consecuencia de un infarto.
A proa bajo cubierta se alojaba la tripulación. En las cubiertas bajo el puente los oficiales y la cocina. A popa estaba la maquinilla de virar el aparejo, y bajo ella el parque de pesca, el túnel de congelado y la bodega.
El aparejo es un saco de decenas de metros donde la malla se hace mas estrecha hacia el fondo. Es arrastrado por el barco mediante cables y su profundidad de arrastre y apertura de la boca se controla mediante unas "puertas" de acero amarradas al arrastre. Las mallas de cada sección del aparejo se calibran de acuerdo a disposiciones internacionales, según la zona de pesca y el tipo de captura. Las capturas no autorizadas se tiran al mar. Ello supone muchas veces deshacerse de veinte toneladas de pescado muerto. Un capitán alemán me decía que los japoneses y los rusos son peores, el pescado muerto no vuelve al mar, lo convierten en harina. Yo no podría decirlo.
El barco sale a la mar con dos o más piezas de aparejo, con combustible y suministros para tres o más meses.
La destreza del Capitán o Patrón son los que hacen que la expedición sea rentable. Los conocimientos no se transmiten de unos a otros, pues suponen que cualquiera que aprenda puede convertirse en un competidor. El buen mando es aquel capaz de conseguir un conocimiento global de las costumbres de las especies en base a conocimientos parciales de otros.
Ese es el que genera riqueza para la Compañía, para si mismo y para la tripulación. Entonces, 1971, y creo que ahora, las retribuciones eran "a la parte", un porcentaje de las capturas eran destinadas a la tripulación, distribuido según grado a bordo. Los telegrafistas teníamos además un salario de garantía que superaba los mínimos, en caso de que no se pescase.
Salimos para la Costa Este de USA el 2 de octubre de 1971. Diariamente comunicaba a Pescanova nuestra posición, recibía noticias para los tripulantes, unos cuarenta, y las enviaba "navegando a caladero sin novedad punto besos ramon" "te queremos y extranamos todos punto besos maruja" "Hoy fallecio papa enterramos manana abrazos rodrigo" y así, nacimientos de hijos, muertes de hermanos...
La Radiotelefonía del barco era de onda media, Faustino me recuerda hoy que era de las que llevaban de mochila en la guerra de Corea los americanos. Solo se utilizaba para el tráfico entre pesqueros.
A la semana de estar en el caladero con el barco en arrastre esperaba mi turno para pasar y recibir los telegramas de Aranjuez Radio. El barco aproaba a la mar con mar muy gruesa.
Lo percibía por los libros y manuales que se iban esparciendo por el suelo, por las botellas de refrescos viajeras caídas de un armario abierto por un bandazo y la trepidación, y por mi propio mareo. Noté como los motores se aceleraban y el transmisor de onda corta hizo puf. Avisé en el puente de que no teníamos onda corta. Manolo un Radio de la misma compañía en el "León Marco dos", hizo de "puente" y me recibía y transmitía el tráfico. Algún oficial se permitió amenazarme: "Como no tenga telegrama de casa te vas a enterar". No me enteré, pero su mujer no le escribió. Culpa mía. Una sonda que viajaba a remolque en el copo se estropeaba regularmente a las dos de la mañana y cuando a las cuatro esperaba a que la izasen colgada del copo vacío, para repararla, notaba las miradas de desconfianza u odio de toda la tripulación. Llegaron a decirme que mi tranquilidad se debía a mi salario de garantía.
Ese día, en la comida en la cámara de oficiales presenté al Capitán un informe detallado de todos los elementos que habían resultado dañados del transmisor de onda corta y le pedí que firmase el duplicado. Le recordé mi aviso antes de salir a la mar. Cuando me pidió una solución le sugerí que podía transbordar en la mar al "Sotomayor", un barco que pescaba a la pareja y nos entregaba su pesca, al estar sus bodegas completas. Tenía un equipo de radio precintado que podía intentar poner en marcha. Me transbordaron en alta mar y no fui capaz de comunicar con el equipo del "Sotomayor", tampoco pude saber si podía despiezarlo, pues en el transbordo dejé los manuales a bordo, el transmisor era diferente, le habían sido retirados los manuales y el Patrón no estaba muy por la labor. Tenía las mismas dudas que yo.
Durante dos semanas hubo dos temporales encadenados, cuando la mar calmó y los barcos volvieron a pescar, a intentarlo en el caso del Vimianzo, me transbordaron. Aquella noche transmití cifrado el telegrama en que el Capitán pedía mi relevo en el puerto de Nueva York. Al día siguiente el Delegado de RCA en Brooklyn recibía mi telegrama pidiendo asistencia técnica.
Atracamos y además de la inmigración yanki, allí estaba el técnico de la RCA. Le expliqué la situación y le pedí que hiciese un informe escrito y exhaustivo. El informe coincidía punto por punto con mi descripción de la avería. Repuso los elementos dañados y se fue. Hice mis maletas, pedí cien dólares de anticipo y me fui de copas.
No sabía yo lo que era una autovía, pero me conocía como funcionan los muelles. Siempre hay un agujero en las vallas para no ir por la puerta. Brooklyn no era una excepción. Subí un pequeño terraplén y me encontré en el acceso al puente. Decidí parar un taxi para no cruzar el puente a pié. Cuando se ve un tipo cruzando a pié un puente enorme es un marinero. Un coche venía con una luz azul, le señalé parada y paró. No era un taxi, bajaron dos policías, me cachearon, pidieron la documentación y me llevaron a una estación de metro al final del puente. Todos los indicadores del metro estaban arrancados, quedaba su huella pero no sabía que dirección tomar. Vi un negro en el andén. Era un hombre mayor, como yo hoy. Cuando me iba acercando para preguntar, empezó a correr. No estaba dispuesto a dejarle escapar, hice mi pregunta sin parar de correr.
- ¿Que linea debo tomar para ir a la calle 42 esquina quinta avenida?
-Debe tomar la linea siete, al otro lado del andén.
Cuando me tomaba un "whiskey" en medio de putas latinas, alguna de mi país, estaba pensando que nunca viviría en U.S.A. Tambien me prometí no volver a embarcar en un pesquero. Esta parte no la cumplí. Un día de estos iré a USA. Por ver si las cosas cambiaron, o si cambié yo.
Hispano Radiomarítima me destinó el mismo día de mi llegada a Madrid al carguero "Eolo" de la Naviera Bilbaina. Mi informe causó una potente impresión. Desde entonces me hice aficionado a los informes. Espero que este no haya sido demasiado pesado.
Intentaré conseguir fotos del Vimianzo.
Menudas memorias, un abrazo
ResponderEliminarBuen informe... ;-)si señor.
ResponderEliminarhola soy el consejerator me parece muy bien eso pero me gustaria que te metieras enmi blog que es http://consejerator.blogspot.com
ResponderEliminarAlberto.- No se que será mejor unas memorias menudas o un Alzheimer estupendo.
ResponderEliminarNautijorge.- Gracias, señor.
El consejero.- Me parece estupendo tu blog. Lo de la herida en el dedo está muy bien. Podrías teclear en Google "heridas incisas" o "cortes cura" . Lo de Celia no, porque pedir la compra por teléfono ahorra tiempo y significa que sabes lo que necesitas, además, cada uno arregla su vida como mejor le parece. Es bueno leer para saber respuestas.
Un abrazo a todos, especial para "El consejerator".
mera oy el consejero yo tambien veo bien lo de la compra online pero por lo menos no te llega la compra hasta dentro de 2 o 3 dias y ademas si fuera muy lejos pus vale pero ha un kilometro.
ResponderEliminarfirmado:El consejero
Consejero.- He leido tu entrada de hoy. Me encantó, te lo has currado y no es rollo, como las mias. En el Mercadona y en todos puedes hacer la compra por teléfono y te la llevan a casa en el día. Tienen un servicio de reparto.
ResponderEliminarPon en tu blog un enlace al Diccionario de la Real Academia de la Lengua. Así lo consultas rapidamente, para esas dudas que tenemos todos. Un saludo.
Hola mera soy el consejero queria preguntarte 2 cosas que donde has puesto el link de mi blog y la otra que como se pone el diccionario de la real academia española cuando me puedas constestar me dejas un comentario o me escribes un email:preguntasyconsejos@live.com
ResponderEliminargracias y saludos.
Amigo Mera, como te dije hace un tiempo: Salgari, a tu lado, un principiante. Cada vez que te sueltas la melena pienso eso.
ResponderEliminarEn esta entrada, por ejemplo; donde sin ir, he ido contigo a USA.
Que nunca pensé que fuera, lo confieso.
Gracias, pues, por las dos cosas:
por el relato (que está muy bien narrado) y por la visita turística
Un abrazo.
Consejero.-Te contesto en tu blog.
ResponderEliminarCodorniu.- Siempre tan amable y bondadoso...
Un abrazo.
Farero, me saco el sombrero, bueno es decir ... el gorro de lana.
ResponderEliminarEste relato no sé a qué me recuerda .....
Un beso!
p.s. Ya soy wholepipe. Hoy cuando vi mi nacionalidad en el pasaporte me resultó extraño.