Para iniciarse en ser gallego lo mejor es no serlo. Porque empiezas de cero. En cambio a los que nos viene lo de la raza desde el siglo XV ó XVI, cuando nuestros antepasados judíos o moriscos se convirtieron y acataron servidumbre del Obispo de Mondoñedo, el Señor de Ribadavia, el Arzobispo de Santiago o que sé yo, lo tenemos peor, porque mayormente, con la Desamortización de Mendizábal, somos gallegos propietarios y heredamos. Entonces ya tenemos que aprender más cosas:
La lengua, para poder discutir, mayormente, el tema del agua de riego y los derechos de paso con los vecinos. Ambos son derechos que se pierden tras veinte años de no usarlos. Entonces, cuando el gallego emigra a Buenos Aires, a Alemania o así, siempre vuelve a regar o a pasar por el terreno del vecino cada quince o dieciocho años. A estos movimientos de ida y retorno se les llama en gallego morriña.
Luego está lo del derecho foral gallego. Fiscalmente no tiene ventajas, como esos derechos materialistas de Vasconia, Cataluña o Navarra. Un gallego que se precie, debe conocerlo para tener base en sus conflictos con vecinos y parientes. Saber cuando puede apoyar la pared de su casa en la del vecino, así se ahorra una pared y el vecino puede desaguar en su patio y esos son unos derechos espirituales, que se pagan en el juzgado de primera instancia. Mayormente con conciliaciones. A veces con algún funeral, muerte por golpe de herramienta, que no deja de ser un accidente. Todo el mundo vio como el vecino se dio contra la azada, cayó tres veces con su cabeza.
Luego está lo de la herencia. No importa donde vivamos, ni a que nos dediquemos, todos los gallegos tenemos por herencia un trozo de terreno donde construir una casa, no es necesario que existan caminos, que sea tan estrecho que para entrar en la casa haya que ser por lo menos egiptólogo, que esté orientado al norte y sea una nevera, los puntos cardinales no existen, por eso los gallegos andamos tan esparcidos. Tampoco importa que no haya agua: llueve y el verano dura poco. Si no eres capaz de construir una casa eres un mierda.
Existen numerosos proyectos políticos que están tratando de regular esta situación, ninguno de los cuales se entendería en las cerradas mentes de otros pueblos sin la popular figura del cacique.
Este y otros temas están centrando los trabajos del I Simposio de sociólogos, economistas y veterinarios Pontevedrianos, que se celebra en la Universidad Capitalina bajo el título: "Pobres del mundo, jodeos, que sois tontos". Se publicará en estas páginas un amplio resumen: GALLEGO, PERFECCIONAMIENTO. No se lo pierdan.
Caro amigo, sem palavras!
ResponderEliminarUm abraço
Muy buena descripción .. Como sabés soy nieta de gallegos de Mondoñedo, bien pobres por cierto, que tuvieron que emigrar a Montevideo, ni siquiera Buenos Aires.
ResponderEliminarEspero el amplio resumen.
Un beso,
Fernando.- Obrigado, mais algunha palabrinha poderías ponher... Mesmo um palabrâo.
ResponderEliminarSilvertre.- Yo tambien te quiero, tu fidelidad me abruma.
Mera, muy cierta la descripción del gallego.
ResponderEliminarMi abuela materna emigró a Argentina, sobre 1930, aunque después volvió a España, se casó y se quedó a vivir en Barcelona.
Mis tios paternos emigraron a Buenos Aires y se quedaron allí...mi padre emigró, cuando yo tenía cinco años, a Suecia, estuvo un año, pero no pudo aguantar la forma de vida de ese país, tan distinta a la nuestra, y vovlvió para quedarse en Barcelona.
Como ves me crié entre gallegos, pero fuera de Galicia...eso sí el idioma lo mamé.
Un abrazo:)
Me hiciste reir y emocionar.
ResponderEliminarCrecí entre gallegos, mis abuelos paternos lo eran, en realidad, acá en Argentina los amontonamos a los españoles, no importaba de qué región vinieran, eran gallegos.
Y disfruté de sus comidas, de su lenguaje y de su nostalgia infinita por el regreso.
Mi abuelo era de Burgos, mi abuela de Salamanca.
Así que te imaginás, vinieron pobres y muy jovencitos, siempre los miré con muchisimo respeto por el coraje que tuvieron.
Besos
Hoy llego a su blog, devolviendo su visita, y me encantó, primero por gallega que soy, segundo, porque es cierto que siento una morriña que me come las entrañas, y tercero, porque me lo pasé muy bien leyéndole.
ResponderEliminarLe aseguro que volveré.
A todos.- Mi abuelo emigró dos veces a Buenos Aires y una a Cuba, volvía para regar y hacerse un par de niños. Tres de mis tíos murieron en Argentina, un primo vive en Vanezuela, yo estuve ocho años en barcos pnameños, liberianos y de Singapur, mi hijo trabaja en Dinamarca, esto debe ser por no saber donde están los puntos cardinales, que os decía.
ResponderEliminarMuchas gracias Sybila, Pato, Olga, yo os leo aunque no deje marca.
Ya tengo la libreta y el boli, y yo estoy preparadísima para esas clases de iniciación al gallego. Porque digo yo, que te referiras a la lengua gallega, no a un gallego cualquiera, y especificando más aún, entiéndase por lengua, idioma. Bueno, ya he anotado la palabra "morriña" y su significado. Prometo hacer la tarea y traer para el próximo día unas frases con esa palabra.
ResponderEliminarUn beso, maestro
Si no le importa al profe, me siento en el mismo banco de Fermina, que ya sabe usted lo que nos cuesta a los andaluces soltar la ese castellana como para hacerlo ahora en galego.
ResponderEliminarUn abrazo desde el sur.
Queridas discípulas:
ResponderEliminarEl motivo de esta primera entrega es preparar al mestizaje universal para el advenimiento del Hombre Viejo, el reparto del agua, la queimada, esas esencias patrias que darán lugar a nuevas formas vitales y económicas. Tardaremos un poco en ver la expansión linguística. El galpañol, galedeustch, Portulego y otras variantes nacientes, tardarán unas décadas en evolucionar a su forma definitiva.
Queridas Irene y Carmen, muchas gracias.
Como diría Unamuno: ¡Gallego estás sembrao! si te sirve de consuelo también siento morriña, regresaré el día que escampe.
ResponderEliminarRequetebueno!!!
Un saludo.
Maki:
ResponderEliminarCuando vengas, no de olvides de regar aunque llueva, que si no pierdes el derecho. Genial el golpe de las "clarisas" de Sybila en tu blog.
Dos saludos.
Hola aca llegue y te leere con calma...un beso para ti
ResponderEliminarEse de "sanjodese" es un santo muy ubícuo y cosmopolita a tope
ResponderEliminarPasé 18 meses en el Ferrol, en la P. Mili. Lo único bueno que saqué es que estuve en Galicia.
ResponderEliminarTenía un compañero que me contaba que le gustaba que su padre estuviera siempre en altamar, cuando volvía era un infierno, le hacía currar mucho, cuando no estaba era su madre la que hacía todo el trabajo, menuda joya.
Un abrazo.
20 kg.-Hola cairota chilena. Eres bienvenida.
ResponderEliminarCelebrator.- Monstruo bicefalo con una cabeza en los Pirineos y otra en la biblioteca. Lo que más conozco de Aragón es el Pirineo de Huesca. Pasaba temporadas en Campodarve, cerca de Boltaña.
Alberto.- La Armada en mi época ni siquiera te dejaba conocer el país. Yo tuve que pasar seis meses en la Armada y estuve a punto de desertar. Aprendí a odiar a aquella vasca (1.971). Hoy lo veo con otra filosofía.
En los barcos mercantes había de todo, podías encontrarte un tarado como yo, y navegando con él media docena de premios nobel. A tu amigo le toco el premio innoble. El hijo era sincero, pobre...
Un abrazo a todos.
Muy bueno el post. Felicidades
ResponderEliminarGracias Fini, enhorabuena tú.
ResponderEliminarMe encantaaa!
ResponderEliminarA mí, que vivo en el sur, pero me siento galega de adopción, conseguiste ponerme, mientras te leía, la sonrisa medio idiota y la mirada brillante, de esa morriña que no me corresponde pero no por ello dejo de sentir.
Así que, por descontado, seguiré muy de cerca el curso de galego.
Y, por si te apetece hacer turismo, te invito en http://enclavedeazahar.blogspot.com
a conocer un trocito de Sevilla, concretamente lo que ella me hace sentir.
Con morriña y agarimo, moitos moitos biquiños.
Qué mareo señor!
ResponderEliminarNo sé si es por la falta de puntos cardinales que comentas ó los restos de mi bronquitis.
Está entretenido. Sólo me quejo de que la lluvia y el frío de estos días te hizo un poco contarlo en clave medio triste y casi de perdedor. Y no señor: Cuántos darían poder SER GALLEGOS y vivir en un entorno todavía bastante decente..... para la media reinante, aunque piense también que Cantabria, Asturias, País Vasco
nos superan.
Constructor amateur, también podías haber buscado una chavola un pouquiño máis decente..
Mecos
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
ResponderEliminarV.- Muchas gracias por tu comentario,Galicia es tierra de emigrantes y de acogida.
ResponderEliminarPuriña dos Mecos.- La fotografía es de la casa de una familia que tratado cuando niño. Toda la aldea donde nació mi padre y en la que yo soy heredero dea miseria, está así. No hay muchos motivos para el optimismo en este tema y sabes que soy optimista y peleón de natural. Y mis claves lamentablemente son realistas, las vivo cada día.
Cuidate y un beso para que te mejores.
Ya era hora de que se normalizara la situación de idas y venidas de los gallegos, y nada mejor que el Simposio, en el que mentes más que lúcidas dilucidarán sobre la deslucida luz que alumbra a estas almas benditas.
ResponderEliminarMuy bueno Mera, y muy sabio
(aquí no nos dejan hacer simposios, dicen que el dinero mejor se gasta en pescaíto frito)
Hola Ichiara.- Me gustan mucho tus cantos a Ulises desmemoriados, aunque sean años de sequía, para pechos y vientres,busca algún frescor. La culpa de todo la tiene la Play. También me gusta tu perrilla. No busqué, pero el río me parece el Amazonas.Aquí van a organizar simposios porque nos sobraron veinte euros de unos pleitos. Te pasas la vida cambiando de hemisferio y luego no sabes donde está el Norte. Un gustazo.
ResponderEliminarEs una profesión preciosa la de contar nubes, y una cosa muy especial haber sido farero, uffff,
ResponderEliminarque tareas divinas te asignaron,
Un beso,
ana.
Por cierto, mi abuelo se fue a Cuba con lo puesto, con 12 años.
ResponderEliminarEran otros tiempos y otros hombres, pero gracias a ellos tambien somos lo que somos y estamos donde estamos.
un beso,
ana.
Ana.- He tratado de divertirme con los medios que mi época puso a mi alcance. Sacar diversión donde aparentemente no la había y no me quejo. Muchas gracias por venir.
ResponderEliminarme fascina tu sentido del humor, el amplio resumen promete.
ResponderEliminarun beso.
Gracias María.
ResponderEliminarMayormente, es mejor así.
Beso.
Bueno... soberbio texto. Y una gran verdad:
ResponderEliminar"Para un gallego no existen los puntos cardinales" que, en todo caso, serían "puntas", como pasa con las "dedas" de los pies.
En serio: se ve que dominas la retranca gallega. ¿Te caiste a la marmita de pequeño? Jajaja...
Unha aperta.
Ay, Pepe. Cada uno se adorna con lo que puede. Los gallegos podríamos llevar la rosa de los vientos en la solapa. O, préstamo a nuestros amigos bardos:
ResponderEliminarMujer, que llevas
en el pelo
la rosa de los vientos. (Un poco cursi, quizás)
Gracias por venir.
¡Que razón tes! Sabes definir ben histórica e sociolóxicamente aos galegos.
ResponderEliminarA realidade é que asi somos porque fumos facéndonos a golpes de pedra e de ferro. E asi seremos, ainda que que algúns cheguen a ser ministros ou altas autoridades do estado central.
O galeguismo o levamos dentro.
Unha aperta forte.
Fortimbras.- Alégrome de verte, ainda que cada un é como é, non somos diferentes a outros, a humanidade está feita a golpes de pedra, de ferro...,poderíamos decir a hostias. E non é ministro o que no-no chamaron. Irene e mais eu estamos a preparche un funeral poético, (mira as entradas de Caipiriña), e procura facernolo ti a nos. Unha aperta.
ResponderEliminarJosé Antonio.