¡Este niño es el diablo!. Tiene diez años y hace unas preguntas... Bueno, estaba conmigo en la cocina mientras preparaba la comida de los cerdos, va y me pregunta:
- Abuela, si volvieses a nacer ¿que te gustaría ser?
- ¡Hombre!. Me gustaría ser hombre, ellos mandan, tengan razón ó no. Ellos beben, juegan, van de putas. Las idiotas trabajamos en la casa, criamos a los hijos, cuidamos los animales. Además te echan la culpa de todo lo que sucede. Si el maíz nace mal, lo sembrasteis tarde, si una hija se casa embarazada, es que la malcriaste. Ellos están solo para los grandes trabajos.
-Abuela, eso que dices es triste.
-Y no te digo más porque eres pequeño, pero algún día comprenderás.
Estoy vieja, tengo un cáncer, solo la morfina calma mis dolores, el niño ya tiene catorce años, es rebelde, a mi marido no le gusta, a mi tampoco mucho, tiene tanta inquietud que alborota la casa, pero todos están como más vivos cuando viene.
Lo mejor de él es que escucha y lo peor es que habla. No es el más listo ni el mejor de mis treinta nietos. Pero hay algo en él, es el preferido de las mujeres de la casa y de las vecinas. No sé si por eso le conté un poco de mi vida, tal vez hice mal, es demasiado joven.
Mi padre era labrador. Como todos sus vecinos y como mi hermano Ramón emigró a Buenos Aires. Cuando volvió, casó con mi madre, que era de una familia de vinculeiros (hijos únicos) "acomodados". Apenas sé nada de mi madre, murió cuando yo tenía dos años y Ramón siete. Yo quería ir a la escuela, tanto mi padre como mi hermano decían que no lo necesitaba, que yo no iba a ir por el mundo. Aprendimos a leer mi vecina y yo gracias a su hermano, que nos enseñaba lo que había aprendido. Siempre estuve enamorada de él. Mi marido nunca me lo perdonó. Le dí nueve hijos, con mi dote compró nuestro patrimonio. Aún así sigue echándome en cara haberme enamorado del vecino. Hace pocos años vino su hermana a visitarnos, José sin sentir ninguna vergüenza, le preguntó:
-¿Y como le va a tu hermano?
-Mal, bebe mucho, vende su herencia a trozos y le pega a su mujer.
- Entonces, aquí mi señora no perdió con la elección.
Era invierno y llevaba zuecos, soy muy pequeña y menuda pero la patada que pegué en el suelo debió de oirse en toda la parroquia.
-Porque mi padre se había comprometido y así me lo ordenó, así ganaste tú con mi elección, no yo. Si se hubiese casado conmigo sería el hombre más decente y trabajador.
Creí que se desmayaba, con todo lo grande que es, lo deje medio muerto de vergüenza ante mi amiga y su marido.
A José y a mi nos fue relativamente bien. Compramos y pagamos las tierras, que cuando las vi por primera vez, en el fondo del valle, rodeadas de ríos y regatos, le dije:
-¿Aquí vas a meter el dinero de mi padre y lo poco que te dejó tu hermana?¡Esto es un agujero sin horizontes!
Hoy doy las gracias, no debemos nada a nadie, de nuestra casa no se va nadie sin haber comido, hemos criado a nuestros hijos, y daría mi vida por esta tierra. Pero me muero con un dolor, fui capaz de mantener a la familia unida, pero estoy segura de que mis hijas se van a matar por las tierras y lo van a destrozar todo. Como el único hijo que me quedó se llevaba mal con el padre, ya lo aparté, comprándole un capitalcito con una casa, a la que prendió fuego para cobrar el seguro y poder seguir de putas. Allá él. Encima casi lo meten en la cárcel. No sé si el niñito que murió hubiese sido mejor.
En la radio de mi cuarto han dicho que los estudiantes están arrasando París. Allí esta el hijo de mi sobrino, que era del Partido comunista y lo estaban buscando. Los falangistas son gente mala, nos destriparon los colchones buscando armas, los mismos que se llevaron hasta la escopeta de cazar, nos robaron el vino, los jamones, las patatas.
En la isla de San Simón tuvieron a mi cuñado hasta que lo indultaron y tuvimos que acogerlo muriendose, enloquecido y con una criatura de ocho años que no había conocido a su padre.
Mi hija nos atiende, a los dos, porque mi marido decidió encamarse el mismo día que yo no fui capaz de estar de pié. Su hijo tiene diecisiete años, se marchó a estudiar fuera, que también se llevaba mal con el padre. Es como una maldición.
No sé como serán los chicos, pero peor no puede ser. Me muero y siguen los mismos.
No sé que se le ocurrirá decir al chico cuando vuelva y yo no esté.
A los que esto pudieran leer.-
Aunque lo entiendí, nunca hablé el castellano, siempre lo hice en gallego y si alguna falta hay es del estúpido de mi nieto, que cree que queda más fino así.
HORARIO DE UNA CAMPESINA. GALICIA s.XX.
0600 Levantarse.
0630 Ordeñar y pienso a las vacas.
0700 Desayuno
0730 Comida a los cerdos. Desayuno niños.
0800 Llevar la leche al comprador.
0900 Sacar ganado, limpiar casa, lavar y repasar ropa, huerto, compra algunos días.
1100 Almuerzo.
1130 Hacer el fuego, preparar comida, poner mesa. Llevar la comida al tajo al marido.
1300 Comida.
1400 Dar de comer a los cerdos, gallinas, conejos, etc.
1500 Preparar cama de los animales, que se recogía una o dos veces al mes en el monte: tojo, helechos, hojarasca.
1600 Acopio de leña para la noche y la mañana siguiente.
1700 Recoger el ganado.
18oo Ordeñar las vacas, ponerles algo de pienso, recoger los huevos, frutas, etc.
2000 Preparar le cena, acostar a los niños, hilar, y ocasionalmente ir a buscar al marido a la taberna.
Estos horarios sufren variaciones estacionales, con los cultivos. El tiempo de trabajo más duro es la primavera y el verano. Los transportes se hacían con carros tirados por vacas.
En los trabajos participaban los niños.
Por Dios! que alivio no haber nacido en esa época, en ese lugar y en esas situaciones.
ResponderEliminarTodavía queda tanto de eso!
un beso Mera,
ana
Afortunadamente se va. Un beso, madrugadora.
ResponderEliminarPrimero, déjame abrazarte sin “ánimus iocandi”. Segundo, decirte que la situación de la mujer ha cambiado un poco, pues es justo que ella también se beneficie de los adelantos de la ciencia, pero por lo demás, nada. Hoy día, se le sigue exigiendo la doble jornada; si decide asumir el trabajo del hogar y la crianza de los hijos después, un malnacido, le dirá que siempre ha llevado una vida de lujo, y que ya va siendo hora de que trabaje. Así lo entenderán los tribunales, incluso aunque estén formados por mujeres, que han tenido que renunciar a la familia o dejar que sus hijos se críen en manos de terceros, a los que no les corre la sangre. Algunas tienen suerte, pero la mayoría serán criticadas por no haber dedicado tiempo a los hijos, por estar hechas unos pingos siempre en la calle, por darle mayor importancia a sus vidas profesionales. “Pues si lo que quería es ser una triunfadora, que no hubiera parido” Eso es lo que dirán, y la primera en pronunciar la frase será, seguro, otra mujer, la suegra.
ResponderEliminarY estoy hablando de países desarrollados y del ámbito urbano, en el ámbito rural supongo que la cosa será peor; y en el tercer mundo, ya ni te cuento.
Gracias, Mera
Tal cual. Hasta hace tres días esto era tercer mundo, y para alguna gente lo es.
ResponderEliminarEncantado de que me abraces, aunque sea de broma.
Conocí el mundo rural gallego de pequeño, y disfruté mucho de las aguas del Miño. Creo que fue lo mejor de todo lo que me tocó en esta vida. Gracias por recordármelo. La discriminación de la mujer es como cuentas. Aunque no creo que fuera peor que en otros lados de la Península.
ResponderEliminarUn abrazo.
Maravillosa descripción de la vida que llevaban mis abuelos y mis tíos...
ResponderEliminarCodorniu.- Llamarse Codorniz está bien. Veo una diferencia con otros sitios de España. El trabajo brutal en el campo. Tal vez por la emigración y la mar las mujeres hacian lo más gordo. También había un cierto matriarcado. Aqui ser hijo de soltera nunca estuvo mal visto. En el fondo nadie es muy diferente. Son matices.
ResponderEliminarUn abrazo, Pepe.
Fini.- Parece que va cambiando.
ResponderEliminarPedazo texto, farero. Un beso.
ResponderEliminarAsí vivieron mis abuelos.
ResponderEliminarCuando vinieron aquí fueron comerciantes, aunque antes de ello mi abuela fue niñera en Paris. Me contó que vio pasar al cometa Halley a principios del siglo XX. Mi abuelo peleó en la guerra de Marruecos.
Mi bisabuela fue madre soltera. Su hija, mi abuela, era la que mandaba en su casa.
Aquí en el tercer mundo algunas somos independientes, por suerte. En algunos casos más independientes que muchas del primer mundo. Aunque no es la generalidad.
Si vas ao San Benitiño,
non vaias ao de Paredes,
que hai outro mais milagreiro,
no conventiño de Lerez.
Ao San Benito de Lerez
o que lle foron armar:
que tiña un homiño morto
debaixo do seu altar.
Polo mar abaixo vai
unha troita de pe,
corre que te corre,
¡Quen a poidera coller!
Boa noite
Yaya.- Tú tambien me molas.
ResponderEliminarMediogaita Asilvestrada.- Hay muchos terceros mundos, algunos están en el primero. Y no les veo más indendencia que la de morirse de asco cuando te dé la gana. Paises con el pedigree cultural del tuyo solo tienen algunas connotaciones políticas, que les llega.
Un beso.
Qué cierta y desgarradora descripción de la mujer gallega que, como en muchas sociedades, lleva todo el peso de la vida y del trabajo.
ResponderEliminarLuego hay estúpidos que todavía la creen sexo débil.
Y a pesar de todos los pesares, van y sobreviven a los hombres en el 90% de los casos. No sé si decir que aquéllos "se lo tienen bien merecido" ó darles el pésame a ellas porque su sufrimiento continúa durante más tiempo.
Coincido contigo en que aquí fue muy duro por el trabajo brutal en el campo con una climatología que no acompaña casi nunca y ni qué decir del trabajo en el mar.
Y SI, va cambiando, pero no tanto. Cuántos mariscadores hay???
Beso.
Mecos
Puriña:
ResponderEliminarPrefiero creer que esto aún va a cambiar más, excepto en el caso probable de que se casen todas con mulsulmanes y se conviertan al islam, que ellos no se convierten nunca. Solo la religión puede suponer un retroceso, es decir volver a empezar...
Deine,
j.a.
UFFFF, qué perspectiva más horrorosa.....
ResponderEliminarTodavía peor que nuestro pasado reciente, con perdón de los susodichos muslims.
Chau. YO
Con el relato me vienen a la memoria recuerdos familiares, tanto de mi abuela Carmen como de la suegra de mi tío Manolo que nunca llegó a falar español, pobriña. Pensándolo bien tampoco le hacía falta. Moito bueno el texto.
ResponderEliminarSaludos.
Belo relato da dureza da vida !
ResponderEliminarGostei de seu post.
Um abraço
Makiavelo.- Cuando navegaba conocí gente que salió de su aldea analfabeto y se hizo una carrera empresarial y al hablar con ellos creías que eran profesores universitarios y otros que estuvieron diez años en barcos alemanes y su primer oficial (alemán) aprendió gallego.
ResponderEliminarFernando.- Belos relatos as tuas fotos.
Non cabe dúbida que sabes narrar ben a historia do rural da nosa terra. Eu nono vivin porque pasei dunha familia birguesa con negocios en Vigo postos co que gañou o meu pai na emigración arxentina, á universidade de Santiago, pero tiven coñecidos que viviron istorias como a da túa narración que non sei se é autobiográfica ou inventada.¡Que mais da!
ResponderEliminarSabes reflectir perfectamente o que foron outro tempos da nosa sociedade rural que agora, non sei se para ben ou para mal, e totalmente distinta. O coche e a televisión foron os detonantes.
Unha aperta forte
Hola Mera!
ResponderEliminarTu texto muy bueno y real como la vida rural.
Aún tengo unos zuecos de madera que
compré de recuerdo en Galicia.
Sé que tu faro hoy no dará su luz habitual, estará apagado por el amigo que se fue!
Recordando a Pedro, Atentamente Pedro
Un fuerte abrazo
Fertimbras.- Tiveche sorte, eu a pesar de estar mais cerca da túa época ca maioría dos blogueiros, non creo que o tempo pasado sexa mellor. Estou encantado do que hai, das ventaxas tecnolóxicas e dos avances sociais. Enriquecen a todos. Ser rico nun mundo miserable é ser pobre, é peor aburrido.
ResponderEliminarUn abrazo.
Sibyla.- Sin duda, si es una forma de morir virtualmente, me parece grandiosa. Si es una muerte real y como yo mezcla realidad y ficción y esta es la real me da mucho dolor y realmente ganas de ir a buscar la taberna de un alemán y tomarme una clara. El dolor virtual, tambien es dolor.
Un beso.
Recuerdo esos tiempos de los que hablas. Las mujeres parían en el monte con las vacas mientras el hombre emigraba.
ResponderEliminarDe verdad que es placer leerte.
Unha aperta.
Preciosa historia. Triste historia. Soy vinculeira, hija única, aunque no sé si es este el nombre que designaba a los hijos de madres solteras. ¿Hay otro nombre?
ResponderEliminarSi quieres intercambiamos clases galego-andaluz. La historia de mi abuelo era muy similar.
Me gustan mucho tus clases. Las das muy bien.
Bicos (¿soy buena alumna, verdad?)
Muxica.- Gracias por venir y por tu comentario. Me encanta que conozcas los hechos. A veces creo que los soñé y nunca existieron, viendo al personal. Un abrazo.
ResponderEliminarCarmen.- Tienes un 8,5. Podrías conseguir más porque eres inteligente, pero no te esfuerzas. Aquí, vinculeiros, son los hijos únicos herederos, tambien vale meter a las hermanas en un barco, casarlas o al convento. Si eres heredera eres vinculeira, sinó no. Ser hijo de soltera aquí era normal y nunca significó ni significa nada. Los padres, que se desentendían de alimentarlos, les llamaban a estos hijos "Fillo bravo". Por lo demás tampoco se ocupaban mayoritariamente de los domésticos.Es decir solo éramos diferentes ante la Ley.
Muy bueno tu comentario en la pagina de Pedro. Yo me he sacado el billete para ir a Mexico a darle su ultimo adios JAJAJAJAJAJAJA
ResponderEliminarVaya tomadura de pelo mas grande
mami. tía tan?.- No se si hacerlo, pero estoy tentado a escribir sobre los sentimientos en la red, tengo que pensarlo, puede ser un rollo, aunque los rollos me van. Por ciento cincuenta visitas en mi funeral y la mitad de las mujeres del mundo casandose conmigo, me pongo de sustituto, pero bueno, no soy tan alto, mi inglés no es tan bueno, no soy un poco feo, mi realidad es menos sugerente. Que Dios te bendiga. Si no lo hizo aún.
ResponderEliminarEs muy fuerte... no se si merece la pena hacer una cosa asi.
ResponderEliminarA mi no me gusta jugar con los sentimientos de nadie. Pedro no lo ha hecho, lo cale desde el primer momento. Pero se que a otras personas si que les ha afectado.
En fin... colgados hay por todo el mundo.
BICOS
Me refiero que Pedro no lo ha hecho conmigo. Conmigo no ha jugado. No le di cancha.
ResponderEliminarLeo tu relato y veo a mi abuela. No era gallega, pero vivía en el campo. Rodeada de sus gallinas y su huerto. Se levantaba al alba y no paraba ni un momento. Dejó de hacerlo cuando murió mi abuelo y se fue olvidando poco a poco de todo, hasta conventirse de nuevo en una niña, como la que devió ser en otro tiempo. La echo muchísimo de menos.
ResponderEliminarHola Farero,
ResponderEliminarEliminé mi blog. No voy a compartir más vivencias con personas que no se quien son. Me limitaré a leerte porque conozco a Puri y ella te presentó.
Beijinho,
Leo con atención la vida de esta campesina y no veo gran diferencia con cualquiera de las mujeres que hoy en día trabajamos 7 horas fuera de nuestro hogar y nos espera otra más larga en casa.
ResponderEliminarNo, no nos engañemos, la vida actual de las mujeres solo ha cambiado de fachada.
También llevamos nuestras penas y enfermedades a cuestas, luchamos con nuestros hijos, parejas, padres y ahora también tenemos JEFES.
Si hay alguna que se sienta fuera de este círculo, que levante el dedo.
besos
Alberto.- Yo no creo que hubiese gran diferencia entre las gallegas y las de otro sitio. En estas consecuencias de la edad estoy yo ahora con mi madre. La campesina del relato era mi abuela modificada con historias de otras abuelas que conocí.
ResponderEliminarMediogaita querida.- Lamento profundamente cierres el blog, su caracter porno, las imágenas tan lascivas como sugerentes, me excitaban a lo indecible, sobre todo tus eróticas aventuras con los australianos, no jodas...
Fabrisa.- No se si lo pone, tengo 57. Tuve mucha suerte, fuí a la escuela, estudié, tengo recursos de conocimientos y medios. Mi padre aprendió a leer a los dieciseis, con un maestro de la República, cuando volvió de la guerra con su medalla y sin su ojo izquierdo, se enteró que habían fusilado al que le enseñó a leer. Pasó hambre, estudió con una vela y vendía cestos para comer.
No estoy de acuerdo con nada de lo que tengo, siempre peleé para cambiar las cosas, no es la gloria, pero nada que ver con lo que había hace treinta años. Para nada es igual.
Un abrazo.
Mucho ánimo! ere un campeón.
ResponderEliminarYo estoy criando todavía a mis hijas, pero todo llega, espero estar a la altura cuando me toque.
Un abrazo,
Y sí .... tenía mniedo que me descubrieran y me llevaran presa ..
ResponderEliminar:-) :-)
Bicos,
Halfpipe
Hermosisimo relato¡¡¡
ResponderEliminarYo no tuve la suerte de conocer ni a mis verdaderos padres ... y obviamente a mis abuelos, pero estos relatos suyos me han movilizado.
Que vida tan dura¡¡¡
Mis saludos de Argentina y apoyo su mocion de expresar los sentimientos en la red hagalo¡¡ seria realmente interesante leer que opina ¡¡¡
Un Beso
Cuenta nubes,
ResponderEliminarTu Consejo para Sylvestre medio gaita me ha hecho soltar la carcajada.
Eres la REPERA tío. Me encanta !
Sylvia: Es una pena que cierres el blog. Siempre tenés la posibilidad de borrar la entrada de cualquier joputa que se salga de tono.
Besos a los dos. MECOS
ektqLo de mi carcajada tiene su cosa porque solté una MAYUSCULA y por el pasillo pasaba el chófer del Jefazo 2. Menos mal que no era el Jefazo 1. El 2 hasta la compartiría pero el 1.....socorro !
ResponderEliminarSerías un Elene Francis soberbio!
YO
Alberto.- Solemos estarlo, la humanidad progresa adecuadamente, aunque a veces duela. Un abrazo
ResponderEliminarMediogaita.- Ya sabía yo...Besos
Mary.- Europa fué muy pobre hasta primera mitad del S. XX, España hasta finales. El despotismo de de los Gobiernos, guerras coloniales, guerras civiles, destruyeron la sociedad, que empieza a recobrarse.
Muaha de mi familia está en Argentina, aunque solo conozco Bahía Blanca, donde Marco encontró a su Mamá. Estuve ocho días bebiendo vino de Mendoza.
Puriña.- Tienes razón en realidad Helena, o Elena Francis soy yo.
No, Mera, no, yo no me refería a vivir en democracia y todo lo bueno que eso conlleva. Estudios, posibilidades, etc.
ResponderEliminarMe refiero a la MUJER, a que solo en APARIENCIA vivimos mejor que esa señora a la que le has descrito su jornada del campo. En la actualidad las mujeres no ordeñamos vacas, pero tenemos jornadas de 12 o 15 horas diarias y no todas trabajamos en una oficina sentaditas comodamente. Yo también conozco muchas que están el Carrefour, en El Corte Inglés, de pie durante muchísimas horas,otras que van a fregar a otras casas y además les queda la suya propia que las aguarda al regreso.
A eso me refiero, para nada a la guerra civil, ese sería, otro tema.
En este comentario y en el anterior mi comparación viene dada entre esa campesina descrita por ti y la "supuesta" mejor vida de la mujer actual
Un beso
Un texto soberbio. Recoge tantas cosas, que me he quedado con la boca abierta. Conozco algunas mujeres como esta abuela, gente recia y regia, admirables, de otra pasta. Las admiro a todas ellas profundamente, porque nacieron en el momento y el sitio equivocado, y se enfrentaron a tantas cosas superándolas con fuerza, entereza y generosidad. Son las auténticas protagonistas del siglo XX.
ResponderEliminarUn beso.
Fabrisa.- en eso estamos todos de acuerdon, menos los que se aprovechan de ello, como decía Irene, la primera muchas veces, la suegra.
ResponderEliminarTamara.- Muchas gracias. Dices que nacieron en el sitio equivocado. Los equivocados son los que llevan milenios jodiendo el sitio.
Un abrazo.
Mera, tienes razón, el sitio no tiene la culpa de nada. Los que lo fastidian son los culpables. Muy buena frase.
ResponderEliminarUn beso.
¡Uy, perdona! La del comentario anterior soy yo, Tamara...jajaja...que por un momento he usurpado el nombre de mi chico, y ha quedado la cosa más liada que ná.
ResponderEliminarUn beso y buen finde.
Gracias Tamara, igualmente. Saluda al chico. Un beso.
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