Nos visitamos cada dos o tres años, sin olvidarnos nunca unos de los otros, pasamos unos días de campo o de mar y nos reímos en abundancia. Así cada vez que nos visitamos nos encontramos con una sorpresa.
La última vez que aterricé en Conil, Joaquín me llevó presuroso a un lado del terreno donde se asienta su casa:
-Ven, tengo que presentarte a alguien.
Y allí estaba Feliciano, con sus grandes orejas, sus ojos almendrados. Vino corriendo y apoyó su cabeza en mi hombro. Se la acaricié y le dí una palmada en el cuello, casi un pescozón. Fue un amor a primera vista. Feliciano tenía una tremenda erección.
Normal.
Cuando Fátima estaba comiendo en una venta cerca del Instituto donde trabaja, un grupo de arrieros de los que bajan corcho de los alcornoques de la Sierra de Cádiz chalaneaban con sus jumentos a la puerta. Entre ellos estaba una burra con su cría de menos de un año, a la que los arrieros preparaban un futuro poco deseable. Fátima que es de buen corazón le dijo al dueño de las bestias que le compraba el borriquillo. Y lo hizo. Los cronistas dicen que no se había fumado nada. El arriero, solemne, proclamó:
-Zeñora, le vendo a Uzté un burro entero, con tó zuz conzetoz.
Así fué como Joaquín se convirtió en arriero pasivo cuando llegó a casa.
Los "conceptos" de Feliciano se le desarrollan enormemente a la menor caricia. De ahí su excitación en cuanto me veía, trás mi ignorante primer encuentro.
Joaquín me explicó que tenía que hacerle un sombrajo, pues ya había pasado dos años a la intemperie y estaba suficientemente fuerte. Los vientos de poniente traen lluvias en Conil.
Serio, le prometí a mis amigos que a su burro le ponía yo un piso.
Empezamos a trabajar, la estructura de madera, las planchas de sandwich (metal+aislante+metal) y cada vez que el buen Feliciano me veía en las proximidades, venía amoroso a mi encuentro.
Le expliqué que aunque haga y diga burradas, no me va el bestialismo y menos con una bestia de mi mismo sexo, que soy hetero. Ni con esas.
En una semana de trabajo arduo, construímos Joaquín y yo el apartamento de Feliciano. Quedó aceptable y aguantó a pie firme, levantes y ponientes.
Un día que las señoras se habían ido a la playa, a la Cala del Aceite, y Joaquín estaba aeronáutico, solo en casa, decidí la doma y monta de Feliciano. Estuve un rato conversándolo, paseándolo con el brazo sobre su cruz, que en el caso de burros es una cruz dibujada de verdad, que es como ir de amiguitos cogidos del hombro. Y después de un baño y un cepillado, que a Feliciano le encanta, traté de convencerle de dar una vuelta con jinete. Parecía dispuesto...
Hace unos años montaba de un salto un caballo español. Hoy, para montar un burro tengo que buscar algo que me haga de estribo.
Arrimé a Feliciano a unos tubos de saneamiento apilados en un rincón del jardín. Después de unas caricias, que provocaron un fruncido de morro y un potente rebuzno, subí a los tubos y monté. No tenía un bocado adecuado ni montura, decidí montarlo solo con la cabezada, pensando que lo difícil sería mantenerme encima hasta que D. Feliciano tuviese a bien parar.
Salió escopetado con un trogalope o galotrote, no sé muy bien, me mantuve montado, pagando con mi coxis el atrevimiento de mi cabeza. Iba en estas cuando empecé a desconcentrarme con una idea que me daba risa:
"Diario de Cádiz"Local.- Sucesos.- El hombre de 56 años que apareció muerto en las proximidades de Conil de la Frontera, falleció, según fuentes próximas a la investigación, al caerse de un burro.
Feliciano debió leer en el periódico del futuro que leen los burros, la misma noticia que yo; creo que para mantener su buen nombre en la vecindad paró, me dejó desmontar y después de darme un lametón en la cara, me dedicó un rebuzno de satisfacción.
Feliciano, con sombrajo al fondo.
Feliciano, en aproximación.
Libro del día: Platero y yo. Albert Einstein.
A Irene, gaditana con selecciones de tronío.
Buen blog, sí señor. Mola. Cuadras el relato y enrollas al que se queda a leer. Noraboa.
ResponderEliminarUn saludo.
Muchas gracias, pero aún no lo cuadré de todo, que estoy buscando una foto de Feliciano, que salga guapo. ¿Tienes una bodeguilla, o algo? Saludos.
ResponderEliminarBuenísima historia, por un momento creí que acabaría en boda.
ResponderEliminar¿Y la afoto de Feliciano?
Mira, me pisaste lo de la afoto...
ResponderEliminarjajajaja
Gracias Alberto, es que no queremos precipitarnos, él es lento por burro y yo por viejo. Sigo buscando el afoto.
ResponderEliminarMe hiciste llorar de risa!!
ResponderEliminarExcelente relato. Era como si lo hubiera estado viendo.
Muy cierto lo de que te gusta imponer y aconsejar, pero también hacés reir y tenés una espontaneidad impresionante.
Gracias por los comentarios a mi blog.
Beso amigo
Hola Mediogaita:
ResponderEliminarÉ do que se trata. Beijâo.
Me he quedado sin palabras. Primero, porque la risa no me deja articular ninguna. Segundo, por esta dedicatoria. Este relato es una delicia de principio a fin. Hoy no es un día fácil para mi, se presenta lleno de incertidumbres que apenas me han dejado dormir, empezar con la risa que tú has pintado en mi cara lo tomo como señal de buenos augurios. Gracias, Mera, muchísimas gracias.
ResponderEliminarTierno, simpático y cómico.
ResponderEliminarMe ha encantado, como casi siempre.
Noraboa tamén April's fool, a ver con qué nos sales hoy.
Si ainda necesitas foto do burriño, fago rápida escapada a Ponteareas e fotocopio o burriño do meu tio Tito.
Mecos
Alberto.- No encontré las fotos en que sale más favorecido.
ResponderEliminarMss. Mediogaita.-
I really love
making you laugh.
Irene.- Las incertidumbres se resuelven solas, las que necesitan intervención son las desgracias, que sabremos evitar. Leí tu comentario al amanecer y las cosas tienden a despertarse bien. Me alegro.
Puri.- Graciñas nena, que na casa teñen burro propio. Un abrazo a Monseñor.
Me encanta Feliciano.
ResponderEliminarQué tiernos y nobles que son, ainda que lles chamen burros peyorativamente.
Chau. Mecos
jajajajaja ¡qué bien sientan unas risas!
ResponderEliminarAdoro a los burros.
Gracias por la visita.
un beso.
Gracias María por venir. Ponga un burro en su vida. ¡Un burro ayuda a triunfar! (En sociedad)
ResponderEliminar¡Qué fina estampa! ¡Qué porte regio! ¡Un perfíl griego, sí señor! Este Feliciano es un burro guapísimo. ¿Y...dices que anda enamoriscado de ti?
ResponderEliminarBesos
Por el interés, porque sé construir sombrajos. Mi mujer, porque hago unos armarios cojonudos. Obras son amores...
ResponderEliminarq relato tierno,solto mi risa.
ResponderEliminarte dejo un beso
Concentrada:
ResponderEliminarGracias por estar y por contar las cosas como lo haces. La dentadura de Feliciano sigue bien. Besos.
¡Cómo me ha gustado! ¿por qué no me asomaría antes? Precioso Feliciano, lástima que, confundiendo los conzezto, se encoñara el pobre por ti como si fueras una de su especie ¡ay, mil perdones! dile a tus amigos que le busquen compañera. Una jaca cortijera que le dé buenos mulillos.
ResponderEliminarFelicidades por Feliciano, y por tu buen blog.
Gracias Carmen. Me gustaría hacerlo tan bien como tú. Pero zoy un poco beztia.
ResponderEliminarAy, Feliciano es guapísimo!
ResponderEliminarGracias por hacerme reír,el relato es estupendo.GRACIAS POR EL COMENTÁRIO QUE DEJASTE EN MI BLOG, PERO NO ENTENDÍ LO QUE QUISISTE DECIR {{{QUE NO HARÍA QUE?}}}
ResponderEliminarSaludos
anamorgana
Gracias Ana. Te deje una nota en casa. Un beso.
ResponderEliminarCaro amigo, bela história de Feliciano !
ResponderEliminarUm abraço
casi que me corren del vecindario por estar riendo a esta hora.Como narrador te pintas sòlo. Gracias
ResponderEliminarpor este divino relato, como mola!
un beso amigo.
Obrigado Fernando, a vida é piada. Abraço.
ResponderEliminarShe. Me alegro, pero o los domas, o cambias de vecinos. Seguro que los domas a todos. Beso.
Obrigada pela visita, volte sempre.
ResponderEliminarBeijos
Elcia Belluci
Te descubro en un comentario que le haces a Codorníu en su blog, el del post sobre el tiempo, la vida...
ResponderEliminarsobre los bulbos de su vida, muerte y renacer...
Precioso, igual que lo que he podido ir leyendo por tu blog.
Me encantará volver y hacerlo con tiempo y vida.
Un beso,
ana.
Elcia.- Muito obrigado, foi um praçer.
ResponderEliminarAna.- Muchas gracias por venir. Me gustan mucho tus entradas y te pongo un enlace en "Blogs favoritos"
Ya era hora de que alguien le prestara atención al burro y lo trajera a un primer plano.
ResponderEliminarDel último asno que se habló fue Platero y la verdad es que hace bastante tiempo.
Por otro lado estoy un poco harto de tanto perro y sus cacas enmierdando las aceras.
Buen texto. Saludos.
Maki,
ResponderEliminarNo dés idéas, que te pueden montar conciertos de burros en el ascensor, y no veas como cagan. Claro, que si montas en el perro queda un poco cutre...
Gracioso tu último comentario.
ResponderEliminarJusto ahora que estoy pensando si tener alguna mascota. Burro entonces descartado. :-)
Un beso,
Sylvia:
ResponderEliminarDescartar, descartar, yo no descarto nada, los listos son unos pesaos. Placer recibirte. Beso.
Bueno, hoy he vuelto a leer la crónica de Feliciano, me ha gustado aun más, es genial. Me he reído un rato, y eso, a las 7 y pico de la mañana, es bueno, te lo digo yo.
ResponderEliminarBuenos dias, buen Lunes de Abril que persigue la primavera como un adolescente a una quinceañera, jajajj
un beso,
ana.
Que majico Feliciano! Creo que fue amor a primera vista, por mucho que le digas que eres hetereo, fijate en el final de "Con faldas y a lo loco" así que al burrito le va a dar lo mismo que lo mismo le va a dar ;-)
ResponderEliminarCreo que me tengo que dar una vueltecica por tu blog, que la presentación me ha encantado.
Besicos!
Muy bonita este historia de Feliciano. En Galicai tambien tenemos burros del pais, aunque cada dia son mas escasos.
ResponderEliminarUn saludo
Ana.- Muchas gracias. Eres muy amable, feliz primavera.
ResponderEliminarNerea.- Ningún burro es perfecto.
Fortimbras.- Un honor que me leas maestro, pero yo soy un burro de pura raza gallega fariñeiro que decíamos. Agora fariñeiro é perigoso. Y no somos tan pocos.
Ver listas electorales.
Pero bueno Mera, qué concurrido está esto!!!!!!!!!
ResponderEliminarQué biennnnnnnnnn!!!!!!!!
Qué de amigos! Me encantan los burros y me inspiran mucha ternura, pero creo que no me atrevería a subir en uno. Aunque de adolescente fui de vacaciones a Galicia, y en el pueblo de mi padre monté un rato en burro.
Lo de bestialismo, queda más fino Zoofilia.
Besotes:)
Me encamoré de Feliciano :)
ResponderEliminarTuve una expriencia similar en mi adolescencia, cuando era una jovencita terca en insistente con una yegua blanca y maldita que habia en el campo de unos amigos. Al leerte recordé mi ultima experiencia con ella, experiencia que me llevó al mismo pensamiento tuyo, a ese del diario y el muerto aparecido en el campo, pero mi yegua evidentemente no leyó en ningun diario del futuro, a ella la frenó un eucaliptus gigante, motivo por el cual yo volé por los aires y salvé el pellejo porque tenía que ser.
Me ha encantado leerte, nada es por casualidad.
Un saludo.
Oiga usted, señor farero, ya está bien de exprimir a Feliciano. Póngase manos a la obra y cuelgue otra entrada en el faro. Esta es la "enésima" vez que entro para nada. ¡Vamos, vamos, vamossssss....!!!
ResponderEliminarSibyla.- Éramos tan pobre que el Diccionario lo hacíamos en casa, a los ratos libres. Pusimos:
ResponderEliminarBestial.- cojonudo, magnífico. (ismo), que practica la cojonudez y la magnificencia. Y lo de la Zoofilia es que yo penseque era jugar a los marcianos. La única consola estaba en la habitacion de mis padres, sola.
Pato.- Yo a pesar de incidencias sigo prefiriendo los caballos. Son nobles. Eso si, los burros somos divertidos.
Irene.- Si me sigues agobiando, me vuelvo con mi mujer. Además, me da mucho curre lo de buscar por ahí textos que no sean conocidos para poner. ;-).
Muchas gracias, esta hora no tiene precio. Es una pena que el precio no tenga horas. Un abrazo a todos.
Muy tierno,y con sentido del humor.
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